Un Esperado Nacimiento

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Con fuerza peleaba contra su compañero peli-plateado. Un puñetazo, una patada, más de un jutsu gran bola de fuego... Tenía que desahogarse.

El contrario le devolvía los ataques exitosamente, pero reconocía que su amiga cada vez se estaba volviendo más y más fuerte. Ya tenía un control casi completo del mangekyou sharingan, y, con el sharingan, era increíblemente perfecta. Su taijutsu, ninjutsu y sobretodo genjutsu, eran de temer.

Para Fiorella, diez meses y medio eran más que suficientes para volverse así de fuerte. Sus primos también habían desarrollado impresionantes habilidades con sus respectivos senseis, al igual que sus amigos de la arena. Poco a poco se estaban haciendo reconocidos en las demás aldeas y eso, en cierto modo, era bueno.

Ya nadie desconoce el nombre de Hannah Sabaku No y Caleb Shirogane. Tampoco los de Santiago Senju, Camila Hyūga, David Uzumaki y Fiorella Uchiha. Era un completo orgullo saber que para los otros, eres una persona admirable a tan corta edad.

Santiago, Camila, Hannah y Caleb ya cumplieron sus trece. David, en tres meses cumpliría doce. Y, Fiorella, en dos meses cumpliría catorce. Otros cumpleaños que también ya pasaron, fueron los de Minoe, Shisui e Itachi.

Shisui estaba muy feliz por haber cumplido nueve años. A Itachi, le valió un comino su cumpleaños de seis, aunque, tal vez para lo único que le interesaría sería para ingresar a la Academia. A Minoe, tampoco es que le haya importado mucho haber cumplido nueve.

Faltaban pocos días para que se haga un año desde la llegada de los chicos a ese mundo. Sinceramente, no había estado tan mal. No se habían enfrentando a gente tan peligrosa y sentían que cada vez su poder subía.

Santiago tiene un manejo muy bueno del kekkei genkai de la arcilla. Le cuesta acostumbrarse a las bocas en sus manos, pero, es algo que con el paso del tiempo va a pasar. ¿El estilo madera?, ¡Bah!, Santiago está muy avanzando en eso también. Sabe la mayoría de los jutsus y no se le complican tanto. Agradece a Hashirama por haberle heredado aquello. Con lo único que ha tenido problemas, es con los jutsus prohibidos.

Camila, ay señor. Esa chica ya empezó a reservar chakra. Pues, su límite es despertar el byakugou. Su taijutsu supera al de muchos, es su especialidad, después de todo. Su control de chakra es tan bueno como el de Tsunade, pero, todavía le falta práctica. Las técnicas de su clan las entrena más a menudo con Hizashi, y él asegura que ella es una total prodigio del clan. Hiashi también lo cree, aunque no lo quiera aceptar.

Cuando Jiraya volvió en las épocas navideñas, no perdió tiempo y, una vez estuvieron a mediados de enero, se llevó a David para entrenar seis meses en la montaña de los sapos. El chico tiene un gran control del modo sabio para su edad, de hecho, ya lo domina por completo. El Rasengan es una técnica que aún se le complica, sin embargo, con más práctica, lo puede lograr. Está aprendiendo a controlar su biju, cosa que no ha sido nada fácil. Pero, poco a poco se ha estado ganando la amistad de Isobu. En cuanto a técnicas de su clan, son pan comido para él.

¡Estilo de Fuego: Jutsu Llamas de Fénix! .—Mientras ella caía de un árbol gigante, las pequeñas bolitas de fuego se dirigían al Hatake. Él activó su sharingan y las esquivó con agilidad y destreza, pero Fiorella no paraba. Se volvió a acercar, esta vez, con taijutsu. El peli-plateado estaba comenzando a cansarse debido al uso regular del kekkei genkai. Fiorella, no pensaba en el cansancio, sólo pensaba en ganar esa lucha.

Una patada fue suficiente para hacer que Kakashi se pegase contra el tronco de un árbol. Soltó un quejido, antes de ver cómo su compañera corría a él con un kunai en la mano. Jura que si no hubiera sido por el sharingan, claro que ese ataque impactaba en él.

Interviniendo en Naruto [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora