¡Entrenando como equipo!

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Santiago

Tsunade se había quedado unos días en la aldea con la excusa de cuidarme y conocerme mejor, claro, a escondidas de los ciudadanos. Hiruzen, como buena persona que es, le dio un hospedaje en su misma casa. Ahora, vivo temporalmente con mi supuesta "prima" y a cada rato tengo que verla. La verdad no me molesta, pero me resulta algo incómodo.

Ahora, ella acabó de darme un buen golpe en mi espalda para que me levantara del mueble. Estaba leyendo algunos pergaminos que me había dejado Sagi-Sensei con respecto a la arcilla explosiva, puesto a que los entrenamientos que estaba haciendo con él pararían por unos días... Bueno, sólo hasta mediados de noviembre.

Pero para reforzar mis conocimientos, me había dejado eso. Sin embargo, aquí vemos cómo es que Tsunade interrumpe.

— Tu sensei dijo que hoy tendrían entrenamiento —dijo poniendo las manos en su cintura.

¿Qué?

¿Sensei?

— ¿Qué esperas? ¡Vete!

No pude ni reaccionar cuando ella ya me había mandando de una patada afuera de la casa, donde, por casualidad de la vida, mis primos llegaban. Ellos mencionaron que también les habían avisado que iban a entrenar, por lo que los cuatro nos fuimos de la villa.

Lo bueno de esto, es que mi equipo son mis propios primos. Así que todo bien.

Llegamos al punto de encuentro acordado, según Camila. Nos sentamos para esperar a nuestro sensei, pero el muy 'Kakashi' no llegaba. Me empezaba a desesperar mientras Camila se veía con el reflejo del agua del río, revisando si estaba lo suficientemente arreglada; David estaba trepando árboles como mono loco, y Fiorella jugaba con una piedra, aburrida.

— ¡¿A qué hora planea llegar el sensei?! —exclamó/preguntó David mientras sus piernas estaban enrolladas en una rama y el resto de su cuerpo estaba guindando de ella de cabeza.

Iba a abrir mi boca para responder un 'No lo sé', pero con mi sentido ninja pude percatarme de que había una presencia aparte de la de nosotros.

— Ya llegó —avisó Camila alejándose del río. Me levanté del suelo junto con Fiorella, y David bajó del árbol de un salto. Todos nos reunimos en un punto fijo, donde vimos salir entre los matorrales a la persona que menos esperábamos ver.

Abrí mi boca sorprendido al igual que los ojos.

— ¡¿Alexander?! —Fiorella fue la primera en reaccionar, con un ceño fruncido y cara sorprendida—. ¡¿Qué estás haciendo aquí?!

Él, al vernos más a detalle, se percató de nuestra verdadera identidad. Nos miró asombrado y sólo pudo quedarse callado unos segundos.

Alexander es el novio de mi prima Karla, pero... ¿Por qué está aquí? Creí que sólo fuimos nosotros los que viajamos a esta dimensión. O... Lo más probable, es que me hayan metido en un genjutsu... Nah, la verdad lo dudo.

— ¿Santiago? —preguntó mirándome a mí—. ¿David? —miró a mi primo peli-rojo, quien rascó su nuca con una sonrisa nerviosa—. Camila... —afirmó observándola sorprendido.

— Esa soy yo.

— Fiorella... —dijo lo último mirando a mi prima mayor, la cual, asintió afirmando su identidad. Se quedó otro rato callado tratando de asimilar las cosas, antes de poner una cara de duda y curiosidad—. ¿Ustedes son mis alumnos?

Interviniendo en Naruto [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora