Matthew
Iniciar una partida conlleva una aventura, salirse con la suya y no ser atrapado en el intento es la regla principal de mi juego. Otra regla es que mi verdadera identidad nunca debe de saberse, por ende, poseer varias identificaciones es elemental.
Tras resolver sobre mi nueva identificación para ser un alumno del Morgan Institute. El nombre que escogí esta vez sonaba atractivo. — Matthew Parker—leo la identificación.
Cuando te dedicas a esta noble profesión, tienes que estar dispuesto a dejar tu vida atrás y adoptar más vidas que un gato, sobre todo estar dispuesto a todo. En la Deep Web te encuentras de todo un poco, en mi caso encontré colegas expertos en falsificación y dinero rápido.
Estoy preparándome para un cambio de imagen e iniciaré por un cambio de guardarropa; aunque no lo crean la ropa puede ser esencial en los gajes del oficio, mi cabello ha estado creciendo, tocándome los hombros.
Decidir en qué tienda comprar fue un poco complicado, tuve que conocer un poco Oregón; sus grandes tiendas, lugares recreativos y demás que me resultaron interesantes.
Entro a una tienda que intenta aparentar ser ostentosa. Sus paredes en tonos azules me dan una cálida bienvenida haciéndome pensar en el mar. —Tienen justo lo que necesito—pienso, me harán pasar "desapercibido" aunque mi físico es muy llamativo.
En un ventanal se encuentran un grupo de féminas lanzándome miradas coquetas, les guiño un ojo coqueto, de pronto se acerca una de las empleadas que me echó el ojo desde que la campanilla de la puerta sonó anunciando la llegada de un visitante. — Bienvenido canturrea con un acento extraño— ¿Qué se le ofrece? —dice mordiéndose el labio. Para su desgracia, mi mirada recae en mi nuevo objetivo, una tímida castaña concentrada en su mundo sin darse cuenta, lo loco que me trae sin siquiera conocernos. Había revisado antes de salir en qué lugar trabajaba y di con esta tienda. — ¡puntos para mí! — pienso.
—Quiero que ella me atienda—señalo a Clara— ¿podría llamarla? —pregunto.
—Puedo atenderte, soy más cualificada para facilitarte todo lo que desees, ella no podrá hacer lo que yo haría—replica con arrogancia.
No puedo decidirme que me dejó más incrédulo: sus palabras o que ahora me anda sobando el brazo como si fuera pan.
Quito sus manos de un tirón—Lo repetiré una vez más—hago presión en su hombro—quiero ser atendida por aquella chica, ¿no lo comprender o quieres que te lo haga entender? —cambio mi tono de voz sonando intimidante.
La regalada camina rápido en busca de Clara mientras adopto la actitud con la que entré: amable y tímida.
La empleada mira nuevamente en mi dirección por lo que le sonrío con sorna y camino como si estuviera yendo a su dirección por lo que se esconde en el almacén o eso creí hasta a lo lejos la observé hablando con Clara.
Por lo que decido dar un paseo por la tienda haciéndome el interesado por un suéter de mal gusto. Siento una presencia a mis espaldas poniéndome alerta haciendo que voltee tan rápido que asusto a la que ansiaba ver.
— ¡Carajo! —respinga— Casi me matas del susto. Toma dos respiraciones para calmarse— Ahora sí, pedias que te atendiera así que, ¿qué necesitas? — habla deleitándome con su melodiosa voz.
—Ho- la— titubeo. — Ay que di-go, perdón es que me cue-sta socializar con las personas.
—Descuida, no te voy a morder— me sonríe— soy Clara, un gusto— estrecha su mano. — ¿En qué puedo ayudarte?
Mi nerviosismo la desconcierta, por lo que le seco el sudor a mi palma para estrecharla. La sensación de su palma con la mía es exquisita.
— Soy Matthew, un gus-to, ¿eres de mi edad? ¿estoy en lo cierto? ¡Oh cielos! Ya estoy parloteando otra vez.
Ella se echa a reír dedicándome una falsa mirada de pena, la miro serio. Para mi sorpresa provoca un estallido de carcajadas tan contagiosa que no pude contenerlas.
De pronto deja de reírse para atenderme—Bien Matthew, ¿Qué te llama la atención? —cambia el tema tratando de mantener la compostura,
Hay muchas cosas que me llaman la atención Clara, pero enfrascándome en ti: me encanta como cae tu cabello, la suavidad de tu piel y esos ojos que hacen que quien los mire caigan en un abismo. Son muchas cosas Clara que podrían motivarme darle fin a la partida, pero ésta tiene que seguir. —Quiero 5 suéteres, 10 pantalones de cinco estilos diferentes, 5 abrigos negros sin diseños, 4 gorras negras— intento no titubear, pero fracaso, la vergüenza que siento hace que baje la cabeza.La castaña al ver mi reacción toma mi rostro dándome un beso en la mejilla. —Espera en la caja mientras busco todo lo que necesitas—me regala una sonrisa.
—¿Tan rápido cayó? —pienso incrédulo. No me quejo, pero la pensaba más difícil de atraerla.
Por estar entre mis pensamientos, Clara ya se había ido sin haber recibido alguna reacción. Vuelve a resurgir mi actitud friolenta, tomo asiento en unos banquillos cerca de la caja en lo que retornan con mi pedido.En otra vida debí de ser actor, a veces me sorprendo de lo maldito que puedo ser para adoptar otra personalidad sin ningún problema.
— ¡Matthew! — llama Clara señalando lo que pedí. Volviendo al personaje le sonrío nervioso.
Camino lento hacia la caja con mis artículos secándome las manos frenéticamente.—Vuelve pronto—dice regalándome una sonrisa, para luego regresar al almacén de la tienda.
— ¿Efectivo o tarjeta? — dice la cajera sacándome de mi mundo feliz dándole mimos a Clara.
—Siempre efectivo, ¿Cuánto es? —enojado saco la cartera.
Me escudriña de tal manera, que hace que la mire levantando mi ceja derecha. —Son mil dólares, no creo que puedas pagar esa cantidad. Te sugiero una tienda que va acorde a tu falta de clase, solo que es en la otra punta de la ciudad— sonríe maliciosamente— ¡para tu suerte! Les venden a pordioseros- concluye expulsando veneno.
Se metió con la persona equivocada, nadie me humilla y mucho menos mencionar a personas que llevan una vida tan desgraciada como los que piden para sobrevivir sin ellos poder salir adelante.
— ¿Qué le hace creer que no puedo pagar mi compra? —cambio el tono de voz a uno intimidante — ¿Mi ropa? Si quisiera puedo comprar este lugar y despedirte como una insignificante por desagradable. Déjate de hablar disparates y haz tu trabajo que para eso te pagan— alzo la voz. Desde que estuvo en mi campo de visión, tenía la sospecha que sería un desliz en mi juego.
—Gra-cias por su com-para—dice mirándolo con terror.
Salgo hecho humos, esa estúpida, para nuestra diversión resolveré con ella después.
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El juego macabro de un homicida
Mystery / Thriller¿Quieres unirte a mi juego? Solo debes cumplir con los requisitos...... Uno de ellos es ser mujer, con ese cumples la mayoría..... -se carcajea- solo bromeo, o tal vez no-sonríe coqueto. El juego empieza si llevas una C en tu lindo nombre.... ...