Coatl

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Son las cuatro de la tarde y Diego tiene muchísimo sueño, apenas puede quedarse despierto ahí, sentado en el piso junto a Edson, esperando en el IMSS para pasar a su cita. Hace una semana que Diego decidió que se quedaba con su chaparrito jr. y desde entonces todo había sido raro en el mejor de los casos. Pues si bien había cosas buenas, había cosas muy importantes que se habían ido a la chingada.

Edson y sus amigos: Carlos, Hirving, Enzo, novio de Hirving, y los hermanos Gavi y Pedri andaban pegados a él como si la vida se les fuera en ello, cuidándolo como si fuera de cristal. Edson incluso había dejado de jugar futbol en el recreo por quedarse sentado al lado de él dándole besitos en la mejilla.

Gavi y Pedri recién se habían unido a su grupo de amigos el semestre pasado, cuando llegaron de España a México porque sus padres había tenido que venir a casusa de trabajo, así que eran cercanos pero no tanto. Edson aconsejó que no les dijeran nada aún, pero Pedri estaba aún terminando la preparatoria a pesar de estar por cumplir los 20 porque hace cosa de un año había tenido también un bebé de su novio Frenkie, y Diego supuso que podría serle de ayuda contar con alguien que sabía lo que era estar embarazado a los 17.

Así que ahora todo el grupo de amigos lo sabía, y ahora tenía a Hirving cada mañana llevándole el consagrado medio limón con el agua mineral y sus galletas que se iba comiendo entre clases para que no le dieran nauseas. Enzo también le llevaba bolsitas de esas de cereal chiquitas porque había leído en internet que también ayudaban con las nauseas que traían loco al pobre Diego.

Pedri también le llevaba sobre todo fruta picada y a la hora de la salida siempre le compraba un helado de limón, pues en su tiempo era ese helado lo único que a él le quitaba las náuseas.

Todos trataban de cargarle la mochila aunque él no se dejaba, le invitaban de todo lo que se le antojaba en la cafetería. Estaba chido, la neta, pero le preocupaba lo poco disimulados que estaban siendo todos. Y es que le vale un poquito verga lo que piensen de él, pero si de por sí ya lo molestan por becado y matadito, ahora que lo molesten por estar panzón como que no se le antoja.

A demás está el hecho de que tiene miedo de que lo echen del colegio de monjitas. Su papá Leo y la mamá de Edson ya les dijeron que van a ir a hablar a la escuela para que no lo expulsen, pero la verdad es que si le asusta.

Entre las cosas más ojetes que han cambiado en esa semana es que su papá Memo ni siquiera lo voltea a ver, si necesita algo de él le dice a Kevin que se lo diga y si él le habla directamente no le hace caso. Es como si hubiera dejado de existir para su papá a excepción de cuando hacía comentarios feos sobre él o el jueves que llegó temprano y encontró ahí a Edson y les dijo a los dos hasta de lo que se iban a morir, lo que siguió a una pelea con Lionel que hizo que Diego se quedara toda la tarde viendo el techo y escuchando música mientras lloraba.

Al chile lo que más le duele son los problemas que está causando entre sus papás, porque ellos siempre habían sido muy acaramelados y cariñosos, y ahora que él salió con esto, terminó por hacer que se pelearan diario porque Leo trata de consentirlo poquito preparándole su comida favorita, haciéndole piojito cuando se siente chipil o en el simple hecho de seguirlo tratando como antes de que supiera de su embarazo. Mientras que Guillermo le demuestra a pulso lo enojado que está porque saliera con su domingo siete.

Y bueno, su papá Leo también ha cambiado poquito, porque ahora se pone más protector con él, a demás que le consiguió un trabajo en la tienda de artículos deportivos de Kun, el mejor amigo de Leo y padre de Julián, el novio de Kevin. Se supone que empieza al día siguiente y hasta ahí le llegó dormir toda la tarde como había estado haciendo. Y no es que sea un trabajo pesado, pues solo tiene que atender y casi no hay gente, pero pues no es igual estar toda la tarde en tu casa que en una tienda, haciendo tus tareas sobre un mostrador y sentado en una pinche silla toda incómoda.

—¿Tienes sueño, chaparro? —Pregunta Edson cuando lo ve cabeceando.

—Un chingo— Responde el morrito sentado junto a él.

—Duérmete y te despierto cuando te toque, mi amor.

Diego se queda dormido recargado en el hombro de su novio mientras que este se queda revisando en Facebook a ver en dónde están contratando, porque a pesar de que su mamá le dio una semana y ya pasó ese tiempo, todavía no encuentra un lugar donde trabajar y ya se anda preocupando porque necesita juntar dinero para cuando nazca su criatura.

Por un momento pensó en dejar de estudiar, pero su mamá le puso una regañiza que hasta hizo que se arrepintiera de solo considerar la idea.

—Pero es que de plano solo a ti se te ocurre ¿Cómo vas a dejar la prepa si te la piden para cualquier trabajo? Si pa' pendejo no se estudia, me cae.

Dijo la mujer mientras dejaba a su hijo terminar de desayunar solo mientras ella se apuraba para irse a trabajar.

Carlos ya le dijo que si quiere le consigue trabajo en la ferretería de sus papás, pero la neta es que le da pena andar pidiendo favores y lo tiene reservado solo por si no encuentra trabajo de aquí al viernes. Pero es que neta ya anda tan desesperado que se agarraría el trabajo que fuera para poder consentir a su chaparrito ojitos bonitos e ir juntándole para comprarle sus cosas al chaparrito jr.

—Diego Messi

Llama una médico, y muy a su pesar tiene que despertar a Diego que casi se acaba de dormir.

—¿Qué pasó? —Pregunta Diego bien sacado de pedo.

—Ya nos toca, vente.

Se levanta él y lo ayuda a levantarse también para que entre al consultorio.

—¿Diego? — La doctora pregunta al chico cuando ambos entran al consultorio.

—Soy yo.

—¿Edad?

—17

—¿Y vienes a revisión por un embarazo? —Pregunta la mujer levantando la vista de donde está escribiendo.

Diego nomás asiente y siente como las mejillas se le ponen rojas de la vergüenza.

—No te pongas nervioso, hijo. No eres ni el primero ni el único. — Dice la mujer, que deja de apuntar en la hoja y se levanta indicándole a Diego que se acueste en la camilla.

—¿Tú eres el papá?

Edson asiente y se acerca a ver que onda con su morrito y la criatura.

—Nada más no te vayas a ir por cigarros, he— Le dice la mujer en tono de juego, pero le da tal mirada que sabe que se lo está diciendo de en serio.

—No'mbre, ¿Cómo cree? A mí si me enseñaron a ser responsable.

La mujer suspira mientras prepara a Diego para el ultrasonido.

—Menos mal. Vieras qué de embarazos adolescentes veo y los pocos que se hacen responsables.

Dejan de hablar cuando ella se pone a trabajar. Solo es el silencio y Edson tomándole la mano a Diego.

—¿Sabes más o menos cuanto tienes? — Pregunta la mujer mientras se acerca a la pantalla; Edson no quiere asustarse, pero de la nada la ve ponerse más seria.

—Como 7 u 8 semanas— Responde Diego.

Ella asiente y sigue revisando la pantalla hasta que encuentra un punto y lo señala.

—¿Ven eso?

Edson se acerca a ver, pero al chile no entiende lo que se supone que está viendo. Diego menos, pero asiente por compromiso.

—Son sus hijos.

Edson hasta brinca del susto que le da escuchar eso.

—¿Hijos? —Pregunta Diego con un hilito de voz. —Hijo, ¿No?, ¡¿NO?!

La mujer se quita los guantes y se rasca la nuca.

—Son gemelos. 

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Nota: Coatl en nahuatl significa gemelo a demás de serpiente. De ahí viene que a los gemelos o mellizos en México se les llame cuates. Y pues sí, el título era spoiler. 

Comenten o chillo y me petateo. 

Igual porfa den sugerencias, que ando un poco a ciegas. 

Abrazame muy fuerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora