alch

863 133 133
                                    


A Diego lo regañan todos.

Edson y Chucky lo regañan mientras lo llevan a la dirección, y él no les dice nada porque sabe que tienen razón, que lo han estado cuidando un chingo como para que él de la nada les salga con esas mamadas de meterse a jugar un partido de futbol y terminar en el piso.

La monjita les da un sermón sobre que Dios no aprueba el sexo premarital, y hace la mamada de felicitarlos por a pesar de todo elegir la vida. Diego neta se tiene que contener de decirle que si va a parir es porque quiere, no porque lo diga un libro antiguo. La gota que colma el vaso es cuando la monjita directora les dice que para no expulsarlos se tienen que casar, ahí si Diego empieza a decir algo, pero Edson lo agarra fuerte del hombro y con esa acción lo hace callar.

—Si, ya vimos eso y sí nos vamos a casar, pero porfa ahorita ya no nos regañe, madre, que Diego y yo estamos asustados por los bebés.

Y la monjita ya no les dice nada sobre la palabra de Dios y lo que él espera de ellos mientras los dos morros esperan a que llegue Lionel para llevar a Diego al hospital. Lo que sí hace la monjita es regañar a Diego y prohibirle la actividad física mientras esté en la escuela.

Diego le echa a su lista de cosas que lo tienen abrumado la exigencia de la monja y lo que Edson respondió, porque la neta es que en su mente de morrillo enamorado sí se veía casado con su novio de la prepa, pero no quiere que nomas sea por obligación, porque salió panzón. Si Edson y él se van a casar quiere que sea por amor y no porque una pinche escuela pitera se los imponga. Y bueno, una piedrita más de las que le están colmando el buche en los últimos días.

Por supuesto que Leo le pone a los dos una regañiza, y no conforme con gritarles él, le habla por teléfono a la mamá de Edson y ella los regaña igual. Para ese punto el chico está hecho un mar de culpabilidad, porque el pobre Edson no hizo nada y le está cayendo la regañada de la vida por no impedirle meterse a jugar.

La doctora igual los regaña, bueno, más bien ella sí regaña nada más a Diego y a Edson solo le dice que en alguien tiene que caber la prudencia, y que si no es en Diego, entonces que sea en él. Y después no dice nada mientras revisa que los bebés estén bien, es como si los castigara y los dejara estar en incertidumbre por ser así de pendejos, porque no dice nada hasta que termina la revisión y ambos están otra vez sentados frente al escritorio.

—Están bien, de milagro. Te voy a dar un justificante para que lo entregues en la escuela y no vayas mañana. Tienes que descansar, alimentarte bien, hidratarte y tratar de no estar bajo mucho estrés. Y por si no te queda claro, por indicaciones médicas tienes estrictamente prohibido jugar futbol. Si quieres hacer algún deporte puedes hacer ejercicios de yoga o salir a caminar, pero nada de deportes de contacto.

Después le da a Diego y a su papá un montón de indicaciones de cuidados que debe tener, y Edson no pierde detalle de todo eso, porque él también quiere cuidar a su novio y asegurarse de que él y los inges estén perfectamente bien siempre. Si él no va a tener que chingarse el que su cuerpo cambie un buen y tener un papá que esté jode y jode, entonces al menos puede hacer su chamba y ayudar.

Pero donde no puede ayudar es en casa de Diego, más específicamente hablando con Memo, que se pone modo diablo cuando Leo le cuenta lo que pasó cuando llega de trabajar ya en la noche.

A Diego lo regañan todos, pero el peor regaño se lo da Guillermo, que anda bien puesto si lo que hay que hacer es tirarle hate a su hijo menor. Y es que el regaño ya ni se siente en buena onda, se siente culero, por hacer sentir mal y no con el afán de hacerlo ver su error y enseñarle como eran sus regaños antes.

—Es que eres un pendejo, ¿Cómo carajo se te ocurre meterte a jugar fútbol si sabes que estas preñado? No cabe duda de que no solo eres un irresponsable, tampoco es como que pienses mucho, y en primer lugar creo que eso es lo que te hizo terminar así. Es que no piensas, Diego, no cabe duda de que no piensas.

Abrazame muy fuerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora