Enmendar los errores

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A Diego no lo expulsan, pero casi. La verdad es que las monjitas se ponen fúricas cuando Diego y Edson anuncian que todavía no se quieren casar, que quieren esperar a estar bien seguros de que eso es lo que quieres. A la madre superiora le está perreando el ojo cuando le dice a Diego que agarre todas sus cosas y que se vaya a su casa, pues ahora sólo tiene permitido ir a exámenes y entregas de proyectos, que va a hablar con los profesores y que su calificación vale 50 y 50. Y que de la beca se olvide.

Eso último es lo que hace llorar a Diego, pues piensa que su papá Leo ya no le va a poder pagar la escuela con su sueldo de ilustrador de cuentos infantiles y que va a tener que perder el semestre, pero por fortuna el argentino lo calma diciéndole que sí le puede pagar esos dos meses que le faltan, pero que tiene que poner todas sus ganas para callarle la boca a las monjas y sacar las mejores calificaciones.

—Tranquilo, Diego, te vamos a pasar todos nuestros apuntes para que no te falte nada cuando entregues tus trabajos— Dice Hirving cuando él, Enzo, Gavi y Pedri lo van a visitar a su trabajo.

—Tío, estas por reprobar el semestre— Le recuerda Pedri.

—Sí, pero por Diego le voy a echar ganas a la escuela.

Enzo y Gavi comparten una mirada que dice que no están muy convencidos, pero lo dejan pasar. Diego, por otro lado, está sonriendo muy amplio, pues sus amigos verdaderamente lo quieren apoyar y eso se siente chido.

—Gavi le partió su madre al pendejo de Miazga hoy— Sigue platicando Hirving, que es el que más habla de todo el grupito.

—Lo suspendieron tres días— Agrega Enzo.

—Se lo merecía— Dice Gavi, y es entonces que Diego nota que el español tiene los nudillos inflamados.

No le extraña cuando le platican que el pinche güero pendejo estuvo mame y mame diciendo que Diego era un pendejo por haberse dejado preñar por un gato como Edson, que seguro su cría iba a tener un futuro todo culerote y decadente con padres pobres y pendejos como los que le habían tocado, y la burla se hizo más grande cuando alguien dijo -que quien sabe cómo se enteró- que de hecho Diego iba a tener gemelos. Entonces Miazga tuvo a bien decir que ojalá se murieran los inges.

Todos detuvieron a Edson, que estaba casi chillando de lo emperrado que estaba, pero nadie previó que Gavi le cerrara la boca de tres puñetazos y que de paso le quebrara la nariz.

—¿Y sólo te suspendieron? —Pregunta Dieguito todo sorprendido.

—Sí, pero tengo que pagarle el médico a ese gilipollas.

—¿Tus papás lo van a querer pagar?

—Lo va a pagar su sugar daddy, mis padres seguro lo matan si se enteran.

Gavi le enseña el dedo medio, pero eso no borra que Pedri soltó una bomba en el grupo de amigos y ahora Pablo tiene que explicar que está saliendo con alguien mayor, que lo conocío en una cena del trabajo de su padre, que es el hombre más guapo que ha conocido, que lo ama incondicionalmente y eso es recíproco.

—Se llama Robert— Finaliza Gavi.

Se le ven claras intenciones de agregar más cuando Kun aparece.

—Che, pibes, no quiero interrumpir más su charla recreativa, pero el señorito acá viene a laburar, agarrar la pala, no sé si me entenden. Así que si no necesitan saber si hay remeras de su talla les pido que se retiren.

Todos se despiden de Diego, lo abrazan, lo despeinan y Pedri le deja un montón de cajitas de cereal para que las vaya comiendo de vez en cuando.

Cuando se queda solito Diego siente que se lo está llevando la verga, está enojado por todos los cambios que está experimentando, tanto en su cuerpo que se siente raro todo el tiempo, como en su vida en general. No se enoja con sus bendis, porque a final de cuentas ellos no pidieron tener papás chikitos y pendejos, pero sí le agarra un poquito de tirria a Edson solo porque no sabe con quien enojarse, así que a pesar de que escucha que le llega un mensaje de Edson, no lo abre y en su lugar sigue scroleando en Facebook.

Y no solo Dieguito está que se lo lleva la verga, pues Memo también lo está desde hace un mes, cuando se enteró de que su hijo menor iba a ser papá ¿Lo peor? Desde que eso pasó él mismo no ha dejado de cagarla con su hijo, y por culpa de eso ya hasta salió de pleito con Kevin y con Leo. La verdad es que no soporta ver la ira y la decepción en los ojos de su esposo y de su hijo mayor, tampoco es como que esté soportando muy bien el no ver diariamente a su hijo menor, que siempre fue mas cariñoso y demostrativo con ellos.

La casa se siente sola sin Diego; se arrepiente enormemente de haber dicho tantas estupideces, de haberle dicho a su hijo que si se iba no regresaba, y lo que más le molesta es no poder simplemente dejar de pendejear e irle a pedir disculpas a su hijo. Y sabe hasta cierto punto que, si bien eso arreglaría mucho, no va a ahcer que las cosas sean como antes, que lo más probable es que aún así Diego no regrese a la casa, que aún así no se le va a olvidar lo que le dijo y cómo lo trató.

—Es que sí te mamaste con el niño, carnal— Dice Chicharito dándole un trago a la miche que le acaban de llevar.

—No es justo lo que le hiciste a tu hijo, se entiende el encabronamiento, pero de eso a decirle que sólo lo querían para coger, pues como que sí está pasado de verga— Regaña Andrés, tomando una de las alitas que también fueron llevadas hace poco.

Memo no dice nada, se queda viendo su cerveza por un buen rato, pensando en lo mucho que la cagó con su hijo y en cómo va a solucionar todo esto.

—¿Y cómo le puedo hacer?

—Pidele perdón— Dicen ambos hombres al mismo tiempo.

Memo se queda viendo con cara de que eso ya lo había pensado, así que es momento de Andrés de explicarse un poco más.

—Mira—Está completamente serio, pero ajeno a que tiene una mancha de salsa en la mejilla— Muchas veces lo que es más dificil para nosotros como padres es aceptar que la cagamos, y si aceptas eso ante Diego ya tienes asegurado que te va a perdonar. El niño te quiere mucho, y hasta cierto punto eso es lo que está más de la verga, porque le fallaste feo cuando más te necesitaba, pero si empiezas a cambiar eso, aceptas a Edson y a los niños, entonces ten por seguro que tu hijo te va a perdonar y que Leo y Kevin tambipen te la van a perdonar.

—Es que neta eres un idiota wey, ponerte así de verguero con un adolescente preñado de 17 años al que se supone deberías de apoyar— Agrega Chicharito y se chinga medio tarro de un trago.

—Neta lo voy a arreglar. Voy a decirle a Leo que le diga que quiero que hablemos como familia, que quiero que sepa que lo quiero y que lo apoyo. No voy a ser así de culero con mi hijo. 

Abrazame muy fuerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora