Capitulo 2

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JUNGKOOK

Esos profundos ojos esmeralda miran hacia arriba para encontrarse con los míos y me observan mientras me muevo hacia él. Tropiezo un poco y luego me enderezo tan casualmente como puedo. Ni siquiera puedo mirarlo a los ojos, pero puedo sentirlo y mi pene se estremece dentro de mis pantalones.

Gimo internamente.

Maldita sea.

Demasiado tarde, imbécil, me regaño mentalmente.

—Puedo terminar yo —le digo a Jin, haciendo un gesto hacia la bomba de gasolina, porque necesito un largo momento a solas para recuperarme antes de estar de vuelta en ese automóvil de la tortura.

Jin desliza su teléfono en la parte de atrás de sus pantalones justo sobre ese trasero apretado suyo, y me siento un poco celoso. Me gustaría deslizarme allí dentro todo cómodo como un insecto.

—Es enserio, lo tengo —murmuro cuando estoy de pie junto a él. Nuestros hombros chocan y empiezo a sudar nerviosamente. Está jodidamente cerca, y tengo la piel de gallina.

Cuando no se mueve, miro hacia arriba y nuestros ojos se encuentran. Jin deja escapar una profunda exhalación como si fuera Atlas, cargando el mundo sobre sus hombros.

Entonces sus dedos sexys y fuertes agarran suavemente mi barbilla y sus labios descienden.

Su boca se mueve hacia mí como si estuviera en una especie de set de cámara lenta, y no puedo hacer otra cosa que quedarme congelado y tratar de no desmayarme de la emoción.

Pero luego su boca roza suavemente mi mejilla. Se aleja y por la reacción de mi cuerpo, uno pensaría que se acababa de arrodillar y hacerme una mamada devastadora. Así de caliente estoy por él.

—Eso fue... ¿Por qué fue eso? —tartamudeo.

Da un paso atrás y sostiene mi mirada, con una mano se recorre la parte posterior del cuello.

—Quiero saber más. Dijiste que necesitarías un beso para darme información...

Bufo, tratando de actuar con frialdad y frotándome la mejilla con la mano. No estoy borrando su beso, estoy masajeándolo sobre mi piel.

—¿Y esperas que suelte algo con eso?

Se sonroja y mira hacia el cemento lleno de chicle. Oh, dios, aquí voy. Estoy disparando a la luna.

—No voy a derramar mis entrañas solo por un mísero beso en la mejilla. Necesito al menos un poco de lengua...

Antes de que pueda terminar mi oración, Jin golpea sus labios contra los míos con tanta fuerza que mi cabeza golpea contra la ventana del SUV. Un escalofrío recorre mi columna vertebral cuando él inclina la cabeza y desliza su lengua en mi boca solo una vez. Es solo la provocación de un beso, y luego se retira.

—¿Mejor? —dice con voz áspera, con la cara sonrojada y los labios todavía húmedos por los míos.

—Qué carajo —Jadeo, presionando mi mano contra mi boca. ¿Qué demonios fue eso? Dios, ahora tengo todas estas sucias ideas en mi cabeza porque eso fue increíble, y solo duró un segundo. ¿Cómo sería si tuviéramos una hora? ¿Un día entero? Joder, estoy tan ido por este tipo.

Se aleja, todavía pareciendo completamente imperturbable, como si no me hubiera destrozado por completo con su boca, y yo me prometo que la próxima vez -si hay una próxima vez- pasaré mis dedos por su cabello. Tiraré de ellos un poco. Con suerte le arrancaré un gemido.

La boquilla de gas hace clic, lo que indica que el tanque está lleno, y me giro para terminarlo. Mis manos tiemblan tan fuerte que apenas puedo sacar la boquilla de gas del agujero y volver a colocarla en la bomba. Y, por supuesto, Jin observa todo con una mirada aprensiva.

Tal y como EresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora