—¿Puedo decirte algo? Y no me juzgues—, dice Jin, inclinándose hacia mí.
—Ooh, cuéntame todos tus secretos.
—Estoy un poco nervioso—, admite Jin, su voz baja en mi oído. El sonido de los zumbidos y el bajo murmullo de la gente charlando resuena en el aire a nuestro alrededor, pero todo lo que puedo ver y oír es a Jin.
Él lo es todo.
Me muevo junto a él en el sofá de cuero, decidiendo que no está lo suficientemente cerca, y me muevo hasta su regazo.
Ya está acostumbrado. Estoy encima de él las 24 horas del día.
—La primera vez siempre da un poco de miedo—, digo moviéndome sobre sus piernas, intentando ponerme cómodo. Me lleva un minuto, pero cuando mi culo encuentra el lugar perfecto, me derrito en él.
Jin se va a hacer hoy su primer tatuaje y no podría estar más emocionado. Le sugerí que se hiciera uno hace meses y finalmente aceptó y le pidió a mi tatuador que lo diseñara. Sin embargo, no estaba emocionalmente preparado para lo que eligió: una piruleta roja con mi nombre como palito. Dios, me hace gotear los ojos sólo de pensarlo.
Yo, sobre su piel inmaculada y perfecta, esa imagen me pone muy cachondo.
Oigo a Hector en la parte de atrás de la tienda, con su estruendosa risa resonando en las paredes. Hoy va a entintar a Jin, bajo mi supervisión, por supuesto. Ese tipo no puede dejar de mirar a mi hombre.
No me gusta, ni un poco. No es que lo culpe. Yo haría exactamente lo mismo si fuera él. Quiero decir, incluso miro a Jin de forma espeluznante en medio de la noche cuando está dormido. Es una condición.
—No estará mal—, digo y luego me inclino y aprieto un dulce beso en sus labios. —Vas a estar muy sexy con esa piruleta en el brazo. Me lo voy a comer.
Resisto el impulso, apenas, de lamer su piel. Es comestible. Mi barra de caramelo de tamaño humano.
—Ni se te ocurra—, se ríe Jin, leyéndome la mente, y me contoneo un poco más en su regazo. El mero hecho de estar cerca de él hace que quiera desnudarme. Llevo deseando desde el desayuno, viendo a Jin comer huevos.
Este es el trato: necesito estar dentro de Jin al menos una vez al día. Dos veces es preferible. Tres veces es ideal.
Oh, a quién quiero engañar. Como dice Lex, andaría todo el día, todos los días en el culo de Jin si pudiera.
Debería haber usado pantalones más sueltos. Mi erección es ridículamente visible en estos jeans ajustados, y cuando Hector me ve, no me permite disminuirla. Parece que siempre estoy empalmado cuando estoy cerca de mi novio.
Mi novio. Mío.
Todavía no puedo creerlo algunos días, pero él no ha flaqueado en absoluto. Me demuestra cada día lo mucho que me ama.
Y muy pronto va a ser mucho más que eso, porque tengo un secreto.
Es un milagro que haya logrado mantenerlo guardado todo este tiempo. Aunque no estoy seguro de cuánto tiempo más podré durar.
Probablemente no mucho, si soy honesto. Casi se me escapa un par de veces.
—No creo que pueda levantarme cuando nos llame—, susurro, mientras Jin se inclina hacia mí y presiona su boca contra mi cuello.
Bueno, eso no está ayudando. Ahora, estoy pensando que el tatuaje es una mala idea. Podríamos estar literalmente en cualquier otro sitio, follando como locos. Pero en cambio, estamos sentados en público, y no puedo hacer lo que quiero con él.
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Tal y como Eres
De TodoTercer libro de esta saga, esta es la historia de Emery y August de la adaptacion Apuesta Temeraria. Adaptada al Kookjin, contiene versatilidad Pareja Principal: Jungkook y Jin