Capitulo 5

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JUNGKOOK

Bien, entonces lo arruiné muchísimo. No debería haber dicho que quería correrme por toda su cara. Pero parecía que estaba tan metido en ello. Su pene estaba duro y su cara estaba sonrojada, y pude ver lo caliente que se sentía por esto. Por mí. Y, por supuesto, no me detuve a pensarlo como una jodida persona normal. No, simplemente lo solté. Le dije precisamente lo que le haría sin un solo filtro.

Y ahora está actuando raro.

Sin embargo, sigue siendo amable conmigo. Más temprano, consiguió la insulina para mí y se aseguró de que comiera, pero maldita sea, ni siquiera me mira a la cara. Y para empeorar las cosas, se acabó el gas y tengo frío.

Joder, odio tener frío.

—Ven aquí, Kook—dice, y ese apodo hace que mi corazón se acelere en mi pecho todo el tiempo. ¿Por qué tiene que llamarme de esa forma? Me hace sentir un poco enamorado del chico, y todo lo que hizo para eso fue acortar mi nombre, ¿se imaginan si hiciera algo más por mí?

Soy Patético con "P" mayúscula. Lex me lo dijo. Dijo: "Jungkook, eres jodidamente patético", y yo que pensaba que él estaba siendo solo un imbécil. Nota mental: no era así. Estaba siendo honesto.

Estoy enamorado de mi hermanastro porque me besó y acortó mi nombre a uno digno de un desmayo. Que ridículo.
De hecho, estaba superando lo de ser patético y me estaba deslizando a la simplísima tristeza.

—Vamos. Ven aquí. Tienes frío.

—Preferiría no hacerlo —hago un puchero, y Jin me tiende una bolsa de Skittles y la sacude un poco—. No soy un perro —Hago un sonido de olisqueo, pero sin embargo me deslizo unos centímetros hacia él—. No puedes simplemente sacudir un caramelo hacia mí y esperar a que vaya.

Abre un poco las piernas y vuelve a sacudir la bolsa y, por supuesto, me abro camino hacia él. Sin embargo, vuelve a guardar los Skittles en el bolso y me tiende un cepillo de dientes que definitivamente no es mío. El muy bastardo usó un cebo.

—No vi el tuyo en tu bolso. Tu amigo te empacó un consolador, pero no tu cepillo de dientes —Dice Jin con una leve risa, exprimiendo un poco de pasta sobre las cerdas y entregándomelo.

—Sí, bueno, Lex trata de ayudarme porque me cuesta mucho recordar cosas importantes, pero es un poco como si un ciego guiara a otro ciego —digo, lavándome los dientes por un minuto y luego devolviéndoselo.

Mi cerebro con TDAH se distrae con tanta frecuencia que, si no hago algo inmediatamente, generalmente me olvido de ello. Hay notas adhesivas por todo el apartamento de Lex. En su mayoría son mías, pero algunas son de él también. Me ayudan a recordar. Algunas veces.Por ejemplo, había pegado una en el espejo del baño para recordarme que debía empacar el cepillo de dientes. Pero obviamente eso no funcionó. Cuando lleguemos a casa, lo encontraré escondido en algún lugar al azar, como debajo de mi almohada o encima de mi tocador.

Jin enjuaga el cepillo con un poco de agua y luego se frota los dientes. No debería ser tan caliente, pero lo es. Estamos compartiendo un cepillo de dientes, y eso es más sexy de lo que tiene derecho a serlo.

Como dije, triste. Realmente muy triste.

Aparentemente, puedo excitarme con la higiene oral.

—Está bien, ahora deberíamos meternos en el saco de dormir. Hace demasiado frío —dice Jin, soplando en sus manos. Esas grandes manos que estuvieron sobre mí, sosteniéndome contra él, tocando mi rostro con tanta ternura que casi me hicieron llorar.

Necesito componerme antes de hacer algo loco. Como rogarle. O dejar escapar algo de lo que no podré retractarme. Otra vez. Jin se desliza dentro del saco de dormir sin mirarme, y deseo mucho que esté desnudo.

Tal y como EresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora