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Evan Afton

Después de caminar unos minutos por las calles siendo únicamente iluminadas por los postes, llego al terreno de nuestra casa, un terreno donde mayormente vive gente adinerada, aquí no hay tantos postes como en las calles.

Camino lentamente hasta la casa, yendo por el sendero de tierra que me dirige a ella, la única luz que tengo es la de los postes que se encuentran cada cinco metros aproximadamente, la de las estrellas, y las luces de las casas que se ven a través de las ventanas. Éste lugar es muy luminoso durante todo el día, pero es muy oscuro durante la noche, y más cuando todos apagan las luces.

Me da algo de temor mirar hacia los lugares más oscuros, dónde solo se ven las figuras negras de los árboles.
Cuando tenía 10, Mike solía decirme que de la oscuridad de nuestro barrio durante la noche, salían feroces bestias, animales de dos o más metros, un zorro rojo con un garfio en lugar de una pata, un pollo mutante con un cupcake maldito, un conejo poseído color morado, un oso marrón con tres pequeños osos que hacen maldades, y como la cereza del postre, dos osos terroríficos, uno color amarillo con sombrero y moño violeta, y otro color negro con sombrero y moño amarillo. Todos los monstruos mencionados tenían grandes hileras de colmillos letales en sus bocas y estómagos, eso me contaba Mike.

Al principio no sabía que Mike había creado una versión más horrible y espantosa de los animatrónicos, yo creía que eran animales normales pero más grandes. Cuando encontré la similitud entre los animatrónicos con los monstruos que mencionó Mike, me asusté y no quise ver ninguno otra vez, ni siquiera a mi viejo peluche de oso. Porque desde que Mike me contó esa historia, cada noche sueño con ellos asechando, ya hasta me se cada detalle de sus cuerpos, y los dibujé en una libreta, hace años, no se dónde estará ahora.

- que bastardo resultase ser, Mike -digo, la rabia se apodera de mí.

Aprieto los puños al recordar como Mike dejaba los peluches de los animatrónicos en mi cama, en una posición en la que parecían mirarme, cada vez que intentaba deshacerme de ellos. Y me enojo más al recordar su escandalosa risa, mientras yo lloraba pidiéndole que me dejara en paz.

Decido calmarme, ya no tengo que pasar por eso otra vez, Mike se fue de casa y creo que ya maduró lo suficiente para dejar esas estúpidas bromas, además, pocas veces viene a casa. Y por otro lado, ya no soy tan llorón y miedoso como antes, me acostumbré, al menos algo, a las diarias pesadillas. No soy el mismo. Aunque eso no significa que mi vida sea mejor ahora, sigue siendo la misma basura, solo que ya no está Mike para fastidiarme.

Llego a casa, antes de entrar tomo un respiro fuerte, dejando que la tensión y el enojo se vayan.

Abro la puerta, y veo a papá sentado leyendo unos papeles que parecen ser planos de algo, él me mira al escuchar el sonido de la cerradura, me mira extrañado, se perfectamente que nunca notó mi ausencia. Pero no es sorpresa, no es la primera vez que se olvida de que tiene hijos.

- hola papá -digo mientras cuelgo la llave.

- Evan, no sabía que no estabas, ¿A dónde fuiste? -se nota el poco, más bien, nulo interés por saber.

- solo... Salí a caminar -cuando se trata de él, no puedo evitar sonar nervioso ante lo intimidado que me siento.

- son casi las ocho -su mirada se clava en mí, mi cuerpo se endurece.

- es que, caminé en el centro, no me di cuenta de que era muy tarde y caminé, mucho -rayos, eso no suena nada convincente.

El me analiza unos segundos más, hasta que finalmente decide volver a lo que estaba. Mi cuerpo suelta el aire que estaba reteniendo, el podría interrogar criminales, ellos confesarían todo con tal de librarse de las garras de William Afton.

All I Want //FNAF [Evan Afton x lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora