MLP Fanfic: "El parásito"

Un Reinicio Agitado Pt. 2

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Jajaja ay Brann… a veces eres tan tonto

jajaja puede ser, ¿pero eso te gusta no? 

Rieron ambos solo para reir aun mas haciendo que el eco de sus risas resuenen por toda la solitaria playa en la cual estaban, no siendo otros que la pony lechera y su mejor amigo Brann quienes compartían un par de copas de sidra de la familia Apple, mientras disfrutaban de un delicioso picnic a un lado de la costa, bajo un hermoso cielo estrellado, con el sonido de las olas rompiéndose como única y suave melodía. riendo un poco más dando pequeñas risillas entre dientes hasta que finalmente cesaron, cruzando su vista por unos momentos, mirándose al rostro mutuamente por algunos segundos dibujando un pequeño rubor sobre sus mejillas, hasta que finalmente para romper el incómodo momento Milky dijo:. 

Bueno… me alegro que me hayas invitado a esta Cita Brann, realmente me estoy divirtiendo mucho 

O-oh no hay de que, a decir verdad fue idea de Cookie y-ya que bueno, yo no tendría el valor por mi solo para invitarte a una cita aunque… no es algo que no haya querido hacer desde hace tiempo 

Dijo este girando su cabeza con un rubor incluso más grande que el que ya tenía, logrando enternecer a la pony amarilla quien al oír tan dulces palabras está se acercó más a él, abrazándolo y envolviendo su brazo entre sus enormes senos, provocando que este sienta un pequeño escalofrío pero antes de que pudiera pensar cualquier trivialidad esta le decía:. 

Me alegro que te hayas atrevido, luego deberíamos agradecer a Cookie por permitirnos tener esta cita, o tal vez mejor deberíamos regañarla por manipular así nuestras vidas jijiji

Jajaja, si creo que tienes razón… 

Mmmm… 

Suspiro de manera dulce la pony terrestre recargando su mejilla sobre el hombro de aquel semental de pelaje grisáceo, el cual solo sonrió al ver a su acompañante apoyarse en él de esa forma tan tierna, haciendo lo mismo y apoyando su barbilla sobre el cabello de la contraria, acariciando su lomo de manera sutil, dando lugar a un momento bastante agradable para los dos, con el mar y la luna como únicos testigos, o eso es lo que creían, ya que apenas a un par de pies de distancia estaba aquella bolsa que la yegua además de algunas otras cosas menos relevantes, el cual sin saberlo los miraba fijamente con su gran ojo rojo de una manera muy espeluznante, aunque en este momento aquel indeseable acosador se arrepentía de haverlos estado espiando todo ese tiempo. 

¡Puagh! De tanta miel que sueltan estos dos me voy a hacer diabetico!, Quizás si debí haberme quedado con esa enfermera después de todo 

Pensó de forma resignada para sí mismo mientras esperaba la hora en que finalmente se fueran a casa y poder llevar a cabo su plan, al mismo tiempo que recordaba esa misma tarde después de aquella rápida visita a la pony con nombre de galleta, cuando Milky terminó de llevar al pequeño animal hasta lo que parecía un centro de salud para ponys tal como lo había prometido. 

  - Más temprano ese día…-

Estaba dormido pacíficamente apoyando mi cuerpo sobre una de las paredes de mi prisión mientras disfrutaba del suave meneo que está yegua hacia al andar con sus sensuales caderas, hasta que finalmente nos detuvimos cosa que me causo curiosidad, asomando mi desorbitado ojo rojo por aquel agujero en la pared para observar  cual era la razón, pudiendo ver un gran edifico de dos plantas con un aspecto rústico al igual que todo en este pueblo, siendo de color beish con vigas de madera y un techo hecho de paja, pero cuyo atributo más distinguible era una enorme cruz roja en el tejado del mismo. Cosa que me traía muchos recuerdos, algunos buenos aunque en su mayoría bastante malos de mi vida anterior, mirando de manera atenta a ese extraño edificio que parecía ser alguna clase de clínica u hospital, hasta que al poco rato de aquel edificio salió una pony blanca con una crin rosada y un traje de enfermera que ¡por dios!, No se que le dan de comer a estas yeguas pero por alguna extraña razón cada una de ellas sin excepción tenían un cuerpo de supermodelo, con unas tetas del tamaño de pelotas de volley ball que apenas cabían en su uniforme dejando los primeros dos botones de blusa sueltos, además de lucir una delgada cintura de avispa y unas anchas caderas cubiertas solo por una minúscula falda blanca dejando ver la parte baja de su trasero.