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Narra Giselle.

- ¿Hola? - Dije atendiendo una llamada.

- ¿Amor? ¿Estabas durmiendo? Estoy llegando a casa. - Dijo Joaquín.

- ¿Joaquín? - Respondí confundida y muy sorprendida. - ¿Cómo que estás llegando? ¿Cuándo saliste? ¿Por qué no me avisaste?

- Perdoname, salió de imprevisto y yo necesitaba verte y hablarte. Las extraño mucho.

- ¿Pero cómo te dieron permiso?

- Después te cuento. Estoy en el uber a unas cuadras ya llego. Te amo hermosa. - Dijo y me cortó la llamada.

Yo todavía no entendía nada, ni su actitud ni porque estaba tan bueno.

Me levanté lo más rápido que pude y fui al baño a lavarme la cara y cambiarme. Me peiné y me puse gloss en los labios. Seguro tenía una cara de muerta y no quería que Joa me vea mal.
Con el tiempo que había quedado puse el agua para el mate y terminé de arreglarme la ropa. Sentía como cosquilleos en la panza de pensar que ya tan así venía.

Al rato tocaron la puerta y se me aceleró el corazón. Sin darme ya cuenta tenía una sonrisa inborrable. Fui a abrir y estaba el ahí parado. Tenía una cara de preocupación pero cuándo lo vi salté hacia él para darle un abrazo. Él me levantó agarrándome fuerte de la cintura. Mi cara se escondió en su cuello mientras que el me dio repetidos besos por el mismo. Unos segundos pasaron de que nos abrazamos de nuevo y realmente no me esperaba que me reciba con tanto amor.

- Te extrañé muchísimo mi amor. - Dije mirándolo a los ojos.

- Y yo a vos. - Se acercó hacia mi cara buscando conectar con mis labios y nos dimos un beso intenso de reencuentro después de varios días sin siquiera mirarnos.

- Dale, pasá. - Dije haciéndole lugar para entrar.

Joaquín se adentró a la casa y dejó su mochila sobre una mesa. No tenía casi nada. Se vino así nomás.

- ¿Me vas a decir por qué viniste así de la nada? - Dije yendo por atrás de él.

Joaquín se giró a mirarme y parecía estar muy preocupado o inseguro.

- Si, ya te digo. ¿Pero y Lionella? ¿Dónde está?

- Se la llevó tu mamá a la casa. En un rato la van a traer.

- ¿Mi mamá?

- Sí, ¿por? - Dije.

- No, por nada. Ya quiero verla. No sabés lo que la extrañé.

- Joaquín. Ya está. ¿Qué te pasa? Estás recontra raro. ¿O te estás haciendo el boludo nomás? ¿Te puedo explicar lo de Langoni y... Enzo?

- ¿Lo de Langoni y Enzo? - Preguntó.

- Ah si sos boludo entonces.

- Ahh, eso. Sí, necesito que me lo expliques porque todavía sigo enojado a pesar de extrañarte y todo eso.

- Mirá yo esa noche fui al clásico porque Zeballos me invitó y Román me dijo que me quede, y para no ir sola fui en el auto con Langoni pero solo como amigos y aparte el es...

- Bueno, ya está. No sigás. ¿Y Enzo?

Suspiré y comencé a hablar pero Joaquín no me daba mucha pelota y no parecía interesarle mucho.

- Pero bueno, él se acercó en el VIP y ya no lo pude evitar. No iba a armar un escándalo por correrlo y estar en boca de todos. - Dije.

- Pero igual estás en boca de todos por haber estado ahí con Lio y Enzo. - Respondió.

¿por qué ella sí? ; enzo fernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora