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𝐏𝐎𝐕. 𝐔𝐓𝐑𝐀'𝐍𝐀𝐓𝐈
⠀EL SONIDO DE LAS FUERTES PISADAS DE LA ENORME BESTIA se mezclaban con el ruido que hacía el tren que pasaba a su lado. El equipo de tierra iba tanto en Pa'li, como en Palulukan, cómo era en mi caso. Yo iba en frente de todos, vigilando el perímetro y protegiendo a los guerreros desde adelante.
Los jinetes se detuvieron cuando el último helicóptero cayó. Todos se acercaron a las naves derribadas y comenzaron a sacar las armas. Me mantuve encima de Särangal, mi trabajo no era acercarme a las armas, era vigilar el lugar.
Todos festejaban y daban gritos de guerra, divirtiéndose. Podía reconocer el grito de todos, puesto a qué me había criado con aquellos fuertes guerreros.
Tenía una leve sonrisa dibujada en mis labios hasta que escuché a Lo'ak gritar, miré hacia arriba pero no pude ver a los Ikran volando. Rápidamente comencé a buscarlos entre la gran multitud.
Los pude ver con un arma, apuntando hacia el cielo. Me acerqué con Särangal y tiré de la cola de ambos.
─── ¿Qué hacen aquí? ¡Deberían estar arriba! ───dije, una vez los dos me miraron─── Lo'ak, baja eso.
─── Espera. Papá me enseñó a usarla, mira-
Volvió a apuntar hacia el cielo. De repente, una nave comenzó a disparar explosivos hacia todos nosotros.
─── ¡¡Suban!! ───grité
Neteyam fue el primero en montar a Särangal, Lo'ak lo siguió y velozmente traté de alejarnos de allí. Sin embargo, uno de los proyectiles de la nave explotó muy cerca de nosotros, aturdiéndonos al Palulukan y a mi.
Debido al fuerte impacto, Neteyam y Lo'ak cayeron lejos de mi, y cuando traté de acercarme para ayudarlos otra explosión asustó a Särangal, quien comenzó a correr hacia el otro lado.
Trataba de mantener el control, pero él no me escuchaba. Comenzaba a sofocarme debido al humo del fuego y gracias a este tampoco podía ver bien por dónde iba.
Särangal frenó bruscamente, haciéndome caer hacia adelante con fuerza.
Cubrí mi rostro con mis brazos, evitando que el golpe con el árbol que había delante me lastimara. Mis brazos y hombros recibieron todo el impacto.
Cuando derribaron al helicóptero, Särangal pudo tranquilizarse y regresó a mi. Pasó su nariz por mi pecho, tratando de hacer que me moviera.
─── Tranquilo... ───murmuré, mientras me sentaba─── Estoy bien... Creo.
Särangal se acostó, manteniendo su cabeza sobre mi regazo.
─── ¡Utra'nati! ───levanté la cabeza y miré a mi madre correr hacia mi─── ¿Amor, estás bien?
Asentí. Estiré mi mano hacia ella, pidiendo ayuda para levantarme. Cuando mamá tomó mi mano y tiró de esta, solté un grito.
