C A P I T U L O S I E T E

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7. Día del nombre.

Aegon miraba emocionado como los participantes luchaban entre ellos

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Aegon miraba emocionado como los participantes luchaban entre ellos. Loras y Robb estaba a su lado mientras gritaban emocionados, haciendo a Rhaegar reír.

"¿Y tu hermana?". El rey le preguntó.

"Junto a mi abuela, majestad". El niño respondió distraídamente.

Lyanna asomó un poco su cabeza y pudo divisar la melena castaña rojiza de Margaery. Y sonrió para si misma, le parecía una chica agradable, inteligente y hermosa. Le agrada la idea de que algún día ella fuera la que la sustituiría como reina. Luego su mirada subió para encontrar la blanca cabellera de Daenerys, junto a su hija. Mantener la sangre pura, la línea Targaryen.

Pero no era su decisión. Era decisión de su hijo, y no se la quitaría.

Su vista fue interrumpida cuando Viserys le susurro algo a Rhaenys al oído. Lyanna frunció el entrecejo. No había visto a los jóvenes intercambiar ni una sola palabra nunca. Y fue más raro aún que la morena asintiera sin mirarlo, antes de levantarse.

"Me disculpó, debo ir al baño." Dijo antes de salir.

Lyanna sabía que ella ya no era más la niña asustada que se había marchado con Oberyn. Era casi una mujer, Rhaenys llevaba en ella la sangre del dragon y eso le preocupaba a ella. Por que sabía las ideas que los dornienses le pudieron haber metido a la cabeza sobre la sucesión y eso preocupaba a la reina.

"Madre, no me siento bien". Escuchó a Visenya quejarse.

"Puedes irte si lo deseas cariño". Le sonrió.

"Ven Vis, te ayudo". Daenerys le estiro su brazo. "Pediré un té para el dolor". Ambas salieron.

Lady Ashara se levantó tras ellas. "Me aseguraré de la princesa, majestad".

"Gracias, Ashara". Lyanna le sonrió.

La morena asintió antes de seguir los pasos de las princesas.

Luego la cabellera de Rhaenys volvió aparecer en la vista de Lyanna. Se sentó junto a Viserys antes de intercambiar unas palabras con el. La reina notó como la princesa comenzó a mover sus piernas, y a jugar con sus dedos. Mientras Viserys parecía relajarse con una sonrisa en el rostro.

Fue entonces que toda la multitud estalló en aplausos, Oberyn había ganado, derrumbando a Garlan Tyrell.

Loras se quedó sentado en su sitió, al igual que Aegon, sin aplaudir. Pero Robb se reía en su cara. 

Como era de esperarse, Oberyn nombró reina de la belleza y el amor a la princesa Arianne. Pero la sensación de que algo no andaba bien comenzaba a brotar dentro de Lyanna.

La muerte del amor | Game of Thrones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora