15. Rosas y Lobos.
Lyanna despertó de un maravilloso humor ese día, vistió de los colores Stark. Desayuno con una sonrisa en su cara, y se aseguró que todas las habitaciones estuvieran preparadas. Sus niños estarían de regreso, después de tanto.
Organizó una gran comida solo para ellos, para pasar tiempo en familia. Garlan Tyrell y Olenna se encontraban en la capital, para recibir a sus nietos. Y muchas más familias habían comenzado a llegar para los tornés, bailes y cenas que se harían en honor por el onomástico de la reina. Lyanna no se imaginaba mejor regalo que poder volver a tener a sus niños juntos.
"Entonces quiere cerdo y cordero para el primer dia". Lady Ashara repetía.
"Así es". Lyanna asintió distraídamente mientras seguía escogiendo los mejores tapices para adornar. "Y asegúrate que el plato de Rhaegar no tenga chícharos". "Los detesta".
Ashara asintió. "Lya, los niños se sientan como quieres o prefieres asignarles asientos".
"Ellos son libres de sentarse donde quieran". "Pero Margaery, Loras, Sansa, Robb, Theon y Dany estarán en la mesa real".
"Si". Ashara sonrió, era la quinta vez que se lo recordaba. "¿La joven Myrcella?". Preguntó, pues la lady Baratheon había llegado hace lunas a Desembarco del Rey como dama de compañía de la reina, ella y Margaery eran las más cercanas a la reina.
Lyanna sonrió pensando en el caos que sería que la Lannister se le tirará encima a su hijo con Margaery presente. Pues aún que no sabía que estaba comprometidos, Lyanna siempre noto el brillo en los ojos de su hijo al ver a la cobriza.
"No, estará bien con su familia".
"Majestad, están aquí". Una de sus más fieles criadas, Aseret, llegó casi corriendo.
"Gracias". Dijo Lyanna, tomó sus faldas y comenzó a caminar apresuradamente hacia el puerto. "Llama a Olenna". Le dijo a Aseret.
La sonrisa se hacía cada vez más grande a medida que se acercaba a la costa. Hacia casi trece lunas que no veía a su hijo menor, Brandon, no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a acumularse.
Cuando llego a la orilla, Rhaegar ya había bajado del barco, sin pensárselo, corrió hacia el y le dio un abrazo. "Te extrañe tanto". Susurro contra su oído.
"Oh, mi flor salvaje, yo también". El Targaryen la apretó contra el.
Se separó de su esposo para buscar a sus hijos, Brandon fue el primero que vio. Llevaba un jubón rojo, con el escudo Targaryen bordado en negro sobre su pecho. Y su cabello ondulado estaba algo despeinado, y a pesar de aun ser muy joven, ya estaba casi a su altura.
"Mi dulce niño". Dijo tomándolo en un abrazo, sintió los brazos de su hijo a su alrededor.
"Hola madre". Incluso su voz había cambiado.
"Has crecido, demasiado". Se separó de él para verlo mejor. Sus ojos era lo único que no había cambiado ni un poco. Tal vez ahora estaban un poco más apagados.
Visenya fue la siguiente en saltar a los brazos de su madre. Ambas con lágrimas escurriendo por sus mejillas.
"Mi niña". Repetía Lyanna, mientras abrazaba a su hija. La admiro por unos segundos. Llevaba un vestido color azul marino, con cadenas plateadas adornando su cintura y un collar con un lobo de plata. Y su cabello suelto con varias flores en el. Su hermosa hija seguía siendo aquella niña promiscua que dejó la capital.
ESTÁS LEYENDO
La muerte del amor | Game of Thrones
FanfictionRhaegar Targaryen venció a Robert Baratheon en el tridente, Lyanna era más fuerte de lo que parecía. Pero los Dioses no los dejarían tranquilos después de la sangre derramada. Pero sus hijos serían los castigados. Sus hijos se encargaron de reconstr...