C A P I T U L O D I E C I S E I S

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16. La danza de dragones.

Los siguientes días transcurrieron con mucha emoción, y alegria por todo el castillo. Una semana llena de festejos hacia la reina, y alegres por el torneo. Sin embargo, no todos estaban tan contentos de estar en la capital.

"Cuento los días para irnos de aquí." La ahora Arianne Targaryen, se quejó mientras desayunaba junto a Rhaenys en la tienda de los Martell.

"Créeme, yo también". La menor suspiró mientras tomaba al pequeño Aerys entre sus brazos. El hijo de Arianne tenía tan solo un onomástico. "Afortunadamente salió tan apuesto como tú". Soltó una risa.

"Oh, calla". Dijo lanzándole una fresa. "Después seré yo quien me burle con tu hijo en brazos". Le dio una sonrisa burlona.

Pero la sonrisa desapareció del rostro de Rhaenys. "Bueno, si algo tenemos en común es que nos casamos por el deber, y la avaricia, querida prima." Dijo levantándose de su asiento para caminar por la tienda.

Mientras los ojos oscuros de Arianne la seguían. "No quieras parecer inocente conmigo, Rhaenys, se que tú te acostaste con ese Baratheon el día en que se conocieron." Soltó una risa. "No me mientas, te gusto".

"ARIANNE". Exclamó la princesa con una sonrisa.

Arianne seguía riendo pero Rhaenys negó con la cabeza. "El y Visenya tuvieron o tienen algo."

"¿La hija de Lyanna?". Rhaenys asintió. "Pero si es una niñita aún." Se burló. "Orys sabe jugar, lo sabes, probablemente la esté usando a su favor".

"Fue el quien lo hizo, el día que fallaron."

"¿Como lo hizo?".

"Se puso un poco en sus labios y le dio un beso inocente, el tomó el antídoto, ella no, pero aún así, se salvó".

"Probablemente sienta culpa por eso". "Después de todo es un buen muchacho, ambicioso, pero bueno."

Rhaenys asintió. "Es algo que puedo usar a mi favor, para tenerla en mi contra, restregarle que yo seré su esposa y no ella."

"Otra jugada ganada." Arianne aplaudió.

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Daenerys decidió salir a tomar aire fresco, el ambiente dentro del castillo la estaba abrumando, pues ese día era el onomástico oficial de la reina. Estaba caminando por los jardines cuando escuchó unas risas que llamaron su atención. Sonrió al ver la imagen de su sobrina mayor cuidar al hijo de su hermano Viserys, junto a su prometido.

Orys levantaba en el aire al bebé, mientras Rhaenys le hacía cosquillas, haciéndolo reír. Fue entonces que noto que por primera vez desde que había llegado, su sobrina no estaba usando colores dornienses, en cambio llevaba un vestido a juego con el jubón de el joven Orys. Ambos eran de color gris con detalles amarillos, haciendo honor a la casa Baratheon. Pero como esperaba, el vestido todavía era atrevido, con hombros y espalda descubierta, y un escote atrevido.

"Dany". Su sobrina la llamo con una sonrisa. "Ven, ¿ya lo has cargado?". Le preguntó con el pequeño Aerys en brazos.

"No, no he tenido oportunidad." Respondió acercándose a ellos.

"Ven, tómalo." La morena le ayudo a tomar al bebé. "A Viserys no le molestará, mucho menos a Arianne."

Noto que el niño tenía los ojos de su madre, pero la piel tan blanca como la de ella, y su cabello rubio.

La muerte del amor | Game of Thrones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora