C A P I T U L O T R E C E

374 22 1
                                    

13. El ayer y el ahora

Margaery había despertado unas horas después de haberse desmayado. Se había encontrado con Aegon, Loras y Visenya durmiendo en un sofá frente a su cama aún con la misma ropa de ayer. Aparentemente los gases que la cueva albergaba habían causado efecto en ella.

"Estará bien, no es nada grave". Explicó el maestre al rey, quien estaba parado junto a la cama de Margaery, a lado del rey se encontraba Visenya, frente a ellos Aegon estaba sentado en una butaca junto a la cama, tomándole la mano y Loras escuchaba con atención desde una esquina.

"¿Por qué no me afecto de la misma manera?". Su prometido preguntó

"Porque usted mi príncipe, es un Targaryen, y la sangre de dragón corre por sus venas". "Este es su hogar, su sangre está familiarizada con esta isla". Explicó el maestre. "Lady Margaery solo necesita descansar unas horas y estará bien". Le dio una pequeña sonrisa antes de salir de la habitación.

Margaery miro a todos a su alrededor comenzaba a sentir el ambiente tenso a su alrededor. "Aegon". El rey le hizo una seña para que lo siguiera fuera de la habitación, Aegon le dio una mirada a Loras antes de seguir a su padre. Margaery seguía detestando como el y su hermano podían entenderse con tan solo una mirada. Visenya chasqueo la lengua, "Yo, debo ir a tomar un baño". Le dio una sonrisa apretada y salió de la habitación, dejándola sola con su hermano.

Cuando la puerta se cerró Loras dejó salir un largo suspiro. "¿Qué es todo esto?". Margaery le preguntó.

"Se puso incómodo entre nosotros". El ojimiel confesó mientras intentaba contener las lagrima. "Vi comenzó hablar de matrimonio, y yo confesé mis deseos y ella se molestó conmigo lo que llevo a que básicamente confesar sus sentimientos". Loras comenzó hablar apresuradamente, notando su nerviosismo. "E intente hacerle entender que no tenía nada para ofrecerle, Dioses, soy el ultimo hijo, no heredaré nada, y ella me grito que era un completo idiota por que ella sabe que sería más feliz a mi lado que a lado de algún Lord poderoso, que preferiría pasar el resto de sus días conmigo que con alguien mas por que sabría que yo la haría feliz, y me amaría, incluso si yo no a ella".

Margaery le apretó la mano. "Loras, tranquilo". Le dio una suave sonrisa, intentando tranquilizarlo. "Haz lo que tu corazón te diga, no tu mente o el deber".

Loras asintió limpiándose una lágrima con brusquedad. "Por cierto, Aegon encontró huevos de dragón".

Margaery le soltó la mano y se la llevo a la boca. "Júralo, Loras".

"Lo juro". Loras se llevó una mano al corazón. "Estaban en la cueva, dijo que estaban muy adentro, y lo seguiste hasta allí, por eso te desmayaste, y te trajo cargando". Loras le hizo cosquillas mientras hacía ruidos de burla. "Después el y el rey volvieron a la cueva por los huevos".

"¿Cuántos?". Margaery pregunto.

"Tres huevos".

_________

El rey había reprimido a Aegon severamente, por exponer a Margaery a un peligro. El príncipe le había explicado que había estado fuera de si, "era como si hubiera estado hechizado, padre". Le dijo.

Prometió que no volvería hacer que Margaery entrara a una cueva. Después tomó un baño caliente, casi hirviendo. Le resultaba relajante y lo ayudaba a pensar.

Se hundió por completo en el agua, aguantando la respiración. Comenzó a intentar recordar lo que sintió mientras era guiado a los huevos. Era como si fuera una gran llama que gritaba por el. Tan solo pensar en que pasaría si eclosionaban, hizo que saliera por aire.

La muerte del amor | Game of Thrones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora