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—¡Poe! Ven, pasa

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—¡Poe! Ven, pasa.

Fue cautivador.

Supo entonces que Edogawa también vivía en un departamento, un poco más grande que el de él. Solo una pequeña cocina que se unía al comedor y a la sala de estar al mismo tiempo. Un pasillo pequeño al lado de aquella mesa larga y angosta de la cocina, cuyo fondo se encontraba un baño y cuyas paredes de forma paralela contenían las habitaciones de Fukuzawa y Rampo. Era pequeño el sitio.

Fukuzawa y Poe se conocieron mejor esa tarde, viendo una película ellos tres después en aquella sala de estar. Luego de eso, finalmente fueron al pequeño cuarto del menor, que estaba ordenado de una forma simple. No habían muchas cosas allí, solo lo que podía considerarse necesario.

—Tu padre es realmente amable —Dijo Poe, adentrándose y viendo cómo Rampo entrecerraba la puerta tras de él. Solo quedó quieto, a unos centímetros de la entrada, sin saber qué hacer y solo viendo su alrededor con curiosidad. 

—A veces —Dice Rampo—. Porque cuando me mando un pequeño desastre, bueno...

Poe sonríe , alzando una ceja.

—Supongo que como todo padre, ¿no?

—Tuve que trabajar como mascota de tienda por una semana entera, y todo ese pago que recibí se lo quedó él.

Poe trató realmente de sostener esa sonrisa cuando lo vio con el ceño fruncido.

—Como sea. Siéntete cómodo.

Buscó algo acomplejado un lugar donde sentarse, no queriendo ser altamente molesto. Ese doble colchón sobre el suelo de madera fue su asiento final, y se quedó sin saber qué hacer o decir, acomodándose más aquella bufanda sobre su cuello, al sentir la ventisca gélida que pasaba por la ventana entreabierta de la habitación.

Edogawa cerró esa ventana al instante.

—¿Estás bien?

—Hace frío... —Dice con una sonrisa desganada, viendo cómo este buscaba en su armario un manta—. ¡No, no! ¡Pero está bien!

Rampo le lanzó esa manta, haciendo caso omiso a lo que este dijo. Se sentó en su escritorio, viéndolo con una sonrisa cuando la cara de amargado apareció en Poe.

—Gracias... —Murmuró con timidez, igualmente acomodándosela, quedando impregnado en algo que llamó su atención.

Rampo asintió, a punto de decir algo más, sin embargo su vista tras sus gafas quedó impregnada de lleno en ese escritorio.

—Oh, mierda, olvidé esto —Susurró con voz arrastrada, cerrando ese cuaderno de golpe y haciéndolo volar en el larguero de su cama—. Como sea. Tenías razón, Poe, esa película era buena.

Poe toma inmediatamente ese cuaderno, dándole una hojeada—. Me alegro que te haya gustado... —Murmuró, volteando a Edogawa al instante—. ¿Tarea de inglés?

September to October - RampoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora