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CAPÍTULO CUATRO: TAEHYUNG

CAPÍTULO CUATRO: TAEHYUNG

Salí de la gran casa (mejor dicho, mansión) de mi estudiante. Sólo daba tutorías a estudiantes de escuela, sus padres eran los que mejor pagaban, sobre todo si los adolescentes ricos son tontos. Kang Yunjae era un bobo de primera, pero sus padres me pagaban bien por tratar de enseñarle cálculo e historia en dos horas. Mal por ellos por tener un hijo tan idiota. Me encargaré de que Beomgyu sea inteligente. Tiene que serlo. No me pienso quejar más adelante por criticón, pobre de Beomgyu si no sale como su papá.

Miré mi reloj, son las tres y media, lo que me hace tener que correr si quiero cumplirle al cabezón que tengo por hijo. Camino a paso rápido hasta salir del barrio y busco la parada de autobús donde me bajé dos horas antes. Le envío un mensaje a mi suegra avisándole que estoy en camino y recibo una afirmativa. Cuarenta minutos después, estoy jadeando frente a mi hijo, con el corazón latiéndome a mil por haber corrido. Sin embargo, él me mira con el ceño fruncido.

"Tarde." Me dice y me hace fruncir el ceño a mí también.

"¿Cómo que tarde? Pero si sólo me demoré diez minutos." Le digo y él se cruza de brazos, enfadado, girándome el rostro. Indignado, observo a mi suegra, que nos observa con una sonrisa. "¿Le diste algún dulce ácido?" le pregunto y ella ríe negando.

"Estaba esperándote ansioso." Me dice, como si eso respondiera a todo. Jum.

"Ya veo." No veo ni mierda de significado, señora, gracias por nada. Me muerdo la lengua y vuelvo hacia mi hijo. "Venga, Gyu, que llegué tan pronto como pude. Vamos arriba, te preparo unos Nuggets y vemos tele, ¿qué dices?" ofrezco, tratando de no enojarme. Definitivamente, sólo le aguanto berrinches a los Jeon.

"¿Nuggets?" Me mira interesado y yo vuelvo a morder mi lengua para evitar decirle interesado.

"Sí, bebé, esos de figuritas que tanto te gustan, ¿mmh?" ofrezco, como ofrenda de paz y él asiente, extendiendo sus brazos. Otra vez voy a estar muerto subiendo las escaleras. Lo tomo en brazos y él se aferra con fuerza a mi cuello. "Hey, sin ahogarme, bebé." Él afloja su agarre y me permito respirar. "Gracias, omma." Le digo a mi suegra y salgo con destino a nuestro hogar. Miro las escaleras con dolor. "¿No quieres subir tú solito como el niño grande que eres, Gyu?" le pregunto, esperanzado, pero él niega con la cabeza. "Claro, para eso sí eres un bebé." Lloriqueo, empezando a subir.

Sobra decir que llegué muerto, pero al menos Beomgyu se bajó de mis brazos para dejarme abrir la puerta fácilmente, sin importarme si el pequeño se cae por las escaleras o no, me tiro al sofa, jadeando y esperando recuperar el aire lo más pronto posible. Sin embargo, mi campo de visión es acaparado por la cara bonita de mi bebé.

"Sed."

"Ay, sí, yo también tengo sed, Gyu, tráeme agua." Le pido con suplica y él niega.

"No, tú."

"Pero tú no subiste las escaleras." Le digo, sufriendo.

"Papi."

"Ya, ya voy." Doy una última bocanada grande de aire, y me obligo a levantarme. Cierro la puerta, sin seguro, y me voy hacia la cocina. Sirvo un poco de leche con vitaminas para Beomgyu en un biberón y se lo paso. Él empieza a beber rápidamente y se sienta en el suelo a observarme. "Eres muy lindo para tu buena suerte, ya te lo digo. Cuidado con casarte joven, te quiero bajo mi techo por mucho tiempo." Farfullo para él, a pesar de saber que no entiende nada de lo que digo. Me sirvo un poco de agua y bebo rápidamente, sediento. Busco los Nuggets de Gyu y los pongo en el Airfrier. Mientras buscaba el plato de dinosaurios de Gyu, escucho que mi teléfono suena. "Bebé, tráeme el celular porfa."

"No."

"Beomgyu." Le digo serio. Y él se levanta rápidamente a buscar mi celular, no se demora ni dos minutos en traérmelo. "Buen chico." Le digo con una sonrisa antes de revisar quien me mensajea tan rápidamente. Jimin.