Capítulo 2

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Parte 8

Continuamos caminando, buscamos refugio entre las calles de Gangnam, creímos que al ser una zona concurrida nos podríamos confundir entre las personas, pensé que eso mantendría seguros, hasta el momento mis hermanos no habían puesto en peligro la vida de los terrenales y esperaba que eso continuara así.

Estuvimos largo rato hasta llegar a la salida de la estación Bongeunsa de la línea nueve del metro, conforme avanzábamos a la lejanía se observa el templo Bongeunsa, dejándose coronar por la fastuosa estatua que embellece su explanada. Al llegar al templo notamos el pasmoso silencio que lo rodeaba, al igual que unas insistentes miradas que se clavaban constantemente en nuestras espaldas.

—YoonGi, necesitamos caminar más rápido — te dije mientras tiraba de tu mano, pero no logré moverte de lugar, estabas ido viendo el techo de tejas, —¿Viste eso? — gire la mirada en dirección de la tuya, trataba de encontrar lo que te había conmocionado, de entre las sombras que proyectaba la oscuridad y la luz de la luna, logré observar una cola que se movía rítmicamente de un lado a otro, —¿Qué es eso? — volvías a preguntarme, en esta ocasión tus manos dejaron de temblar y tu cuerpo erguido, poniéndote a la defensiva de lo que nos acechaba en la oscuridad de la noche.

—Tenemos que movernos aprisa, es una Haremika — tome tu mano y comenzamos a caminar a prisa sin llegar a correr, ese sería el peor de nuestros errores —¿Una haremika? —preguntaste volteando hacia atrás tratando de ver lo que nos acechaba.

Con mi mano cubrí tu boca para que dejaras de hablar, no sabía si la haremika, solo nos observaba o nos estaba cazando, se trata de criaturas muy sigilosas y si continuábamos llamando su atención sería peligroso para nosotros, pero sobre todo para los monjes que vivían en el templo.

Decidimos sentarnos en silencio junto a las gruesas paredes del templo a esperar la mañana, esperando que algo más llamará la atención de aquel ser mágico y así se olvidará de nosotros, en el aire se comenzó a escuchar un chasquido la haremika no estaba olfateando, volteaste a verme en tu mirada se podía observar miedo, aun así controlaste tu instinto de huir y continuaste sentado a mi lado. El chasquido se iba alejando, al parecer algo más interesante llamó su atención y decidió dejarnos de lado en su jugo de persecución.

La mañana llegó y continuamos acurrucados junto a la puerta del templo, los monjes comenzaron abrir el gran portón que daba acceso al templo, con esto nosotros decidimos continuar el camino rumbo a Gangnam. Continuabas en silencio, observando hacia el horizonte, no quise romper tus pensamientos, así que camine junto a ti sin decir palabra alguna.

«Al parecer quedó conmocionado por la aparición de la haremika, será mejor dejar que lo asimile, no es fácil ver a un ser mágico y no quedar conmocionado» pensé mientras observaba los adoquines del camino.

— ¿Qué son las haremikas? —volviste a preguntar, pero esta vez detuviste al paso parándote frente a mí, —Bueno... —titubeé, son criaturas del mundo donde fuimos creados, muchos de ellas y de nosotros fuimos exiliados de él, seguramente has visto más criaturas como ellas, pero los terrenales no tiene la habilidad de para notarlas, saben esconderse muy bien de ustedes, muchas de ellos los odian otras han aprendido a convivir con los pobladores de este mundo — respondí desviando la mirada no sabía cómo darte tanta información y que no quedarás abrumado, —Ok, pero... quiero saber a qué me enfrento, dime todo de las haremikas — tus palabras fueron contundentes estabas decidido a aprender para poder defender tu vida.

¡Demonio de la guarda, cuídame en la oscuridad! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora