Ha pasado unos meses desde que "El niño que vivió" derrotó al más oscuro mago de todos los tiempos "Voldemort", regresando la tan ansiada paz al mundo mágico, claro que, no todo era paz para una familia en específico, los Malfoy, después de la derrota del bando de Voldemort, los mortífagos que fueron atrapados por los aurores cumplían sus condenas en Azkaban o esperando su juicio, como los señores Malfoy y el hijo de ellos. El joven mago sumido en la tristeza, lo único que esperaba era que su hermosa melliza haya logrado sobrevivir, tal vez se preguntan ¿qué fue de ella, que no estaba junto a sus padres y su hermano cuando llegaron al castillo junto a los mortífagos? Es sencillo, ella no tenía la mentalidad que tenían sus progenitores y su hermano, y siguiendo la razón y su corazón, se unió al bando de la luz. Volviéndola protegida del gran Albus Dumbledore y la profesora McGonagall, creando así un lazo entre abuelos y nieta.
Volviendo al tiempo actual...
Los Señores Malfoy y Draco, se encontraban en la sala de audiencia, teniendo alrededor a todo el consejo, las familias que lucharon en la guerra y enfrente de ellos el nuevo Ministro de Magia, Kingsley Shacklebolt. Una audiencia que definiría el futuro de la familia Malfoy.
Kingsley: - Damos por iniciado la audiencia de los señores Lucius Malfoy, Draco Malfoy, la señora Narcissa Malfoy, esto por motivo de haber sido participantes por voluntad propia al bando de Lord Voldemort, por favor pase al estrado el Señor Harry Potter.
Pasaron 3 horas desde el inicio de la audiencia, y los Malfoy se sentían cada vez peor, pero había algo que no podían perdonarse, y era el haber dejado a un lado a la más pequeña de los Malfoy, su pequeño rayo de luz, Elizabeth Aurora, estaban tan sumidos en sus pensamientos, hasta que la voz de Kingsley los regresa a la realidad.
Kingsley: - Como último testigo, tenemos a alguien, que, en teoría conoce esta familia mejor que nada, por favor pase al estrado la señorita Elizabeth Malfoy.
Junto al trió de oro, hizo aparición una hermosa joven, de cabello platinado hasta abajo de la cintura bien arreglado, piel blanca como el mármol, ojos grises como la luna que era inevitable perderse en ellos, labios rosa de tono natural, en resumen, una de las mujeres más bellas del mundo mágico y el delirio de muchos magos, incluso brujas. Tomó asiento en el estrado ignorando las miradas de desesperación y anhelo que le tiraban sus padres y su hermano, no es que los odiara, pero ellos no tenían idea de lo que sufrió gracias a la falta de atención de sus padres formando una rajadura entre ellos y la relación que tenía con su mellizo. Encontró consuelo con su abuelo Dumbledore, su abuela McGonagall y toda la casa de los leones, en especial el trío de oro, volviéndose en el cuarteto de oro.
Kingsley: - Señorita Malfoy, ¿jura decir la verdad y toda la verdad? Sin la necesidad de recurrir al Verita Serum?
Lizzy, como muchos le decían, alzó su mano izquierda a la altura del corazón y viendo al ministro a los ojos respondió con un - Lo juro, Señor Ministro.
Pasó alrededor de 20 minutos explicando cómo fue su vida en Malfoy Manor, hasta el inicio de la segunda guerra mágica, en su cuarto año.
Lizzy: - Desde que Voldemort asesinó al joven Diggory, mis padres cambiaron totalmente su actitud, especialmente conmigo, por supuesto no sabía la razón por la cual lo hacían, esto llegó al punto en que, esa actitud afectó a mi hermano, ocasionando una distancia entre nosotros porque incluso él me ignoraba todo el tiempo, cuando me di cuenta, estaba sola, me sentía sola, debo aclarar que nunca estuve de acuerdo en la mentalidad de mi familia, nunca me sentí más que otros. Fue la primera noche de regreso a la escuela que mi abuelo Albus Dumbledore me encontró llorando en la torre de astronomía, me llevó a su despacho para poder tomar el té junto con él y poder platicarle lo que me pasaba, claro que la profesora McGonagall se unió a nosotros, desde esa noche iba todas las noches al despacho de alguno de ellos y poder platicar, incluso bromear jaja. En ellos encontré lo que había perdido, se volvieron mis abuelos, mis confidentes...
Los Malfoy sentían que se morían con cada palabra que decía su pequeña Rory, no se habían dado cuenta del daño tan grande que le habían ocasionado, y lo único que deseaban era poder reparar el daño.
X: - Podría decirnos señorita qué relación tiene con los señores Potter, Weasley y la señorita Granger?
L: - Por supuesto, admito aquí, frente a mi familia, que yo era muy amiga de Hermione desde el primer año, con el tiempo fui conociendo a Harry y Ron, por supuesto costó un poco con Ron, no es así Ronnie?
La sala entera no pude evitar soltar una pequeña porque ya era bien sabido la relación entre la familia Malfoy y Weasley.
L: - Claro que esta amistad no podría mostrarse frente a todos, ellos me protegían incluso cuando no debían y entre todos quedamos que mantendríamos en secreto la amistad, bueno, si es que se puede decir así, porque pasaba tanto tiempo con ellos que incluso iba a su sala común, muchos no creían que "La princesa de la serpientes" y "El trío de oro" fueran tan buenos amigos. En fin, cuando mi abuelo murió y le dejó a Harry la misión de buscar los Horrocruxes, me uní a ellos, igual mi familia no se iban a dar cuenta de mi ausencia.
Si ella supiera que las cosas no fueron así, a escondidas de Voldemort y los mortífagos, ellos la buscaban incluso debajo de las piedras y así poder huir, pero siempre que estaban a punto de encontrarla, ella desaparecía, dejándolos con un dolor en su corazón y una enorme preocupación.
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Una Malfoy ¿en Heelshire?
RandomDespués de la huída de Greta y Malcolm de la mansión de los Heelshire, Brahms queda herido, no solo físicamente, sino también sentimentalmente, en su cabeza no encontraba la explicación del porqué Greta se fue de su lado cuando lo único que hizo (se...