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Jannet Hall
—Estoy segura de que no olvido nada.
—¡Bien! Por acá te dejaré unas galletas para que lleves y comas en el camino.
Antes de que se hiciera de noche Lynn me había sacado del hospital, y fui junto a mi tía a casa para tomar un buen baño y descansar. Ahora debía empacar para ir en busca de mi padre.
Seguí atónita al creerme de verdad que Lynn me llevará a reencontrarme con papá, este chico se estaba ganando mi corazón de una forma muy distinta al resto de chicos.
Me estaba gustando el caos que Lynn creaba en mi cabeza.
—Ok, llevo ropa, el maquillaje, audífonos y otros de repuesto, la mp4 que Jonathan me regaló, algunos medicamentos por si acaso, un antifaz nocturno, mi móvil, bocadillos y listo —enumeré enseguida de guardar las armas dentro del cajón de la mesita de noche, mi tía alzó una ceja, ella no sabía que contaba con estos cuchillos.
Salí con la maleta y la puse en la entrada.
—Te extrañaré tanto —Mi tía me agitó de los hombros con una sonrisa melancólica junto algunas lágrimas—, me harás tanta falta.
—Solo será una semana.
—Pues será la semana más larga.
Apreté mis labios y solté mi maleta para hundirme entre sus brazos, ella sonrió balanceando nuestros cuerpos.
Sonó el timbre de la puerta, ambas bajamos las escaleras hasta llegar a la estrada, abrí de la manija.
—Hola —saludé amablemente dejando un beso suave en la mejilla de Lynn con un pequeño brinco para alcanzarlo.
—Jannet —Me dio una sonrisa cálida.
—Cuídala mucho —insistió mi tía.
Lynn le regaló una sonrisa pequeña asintiendo con su cabeza, él agarró mi maleta para manejarla en lo que yo me aferraba de nuevo a los brazos de mi tía. Volteé a ver por última vez a mi tía, ella parpadeo lento dejándome ir tranquila. Lynn jaló delicadamente de mi brazo para cruzar los dos la calle soleada.
Me detuve en media carretera, él me observó extrañado. Le di una sonrisa y Lynn me la regresó. Corté la distancia con el chico, mis manos se posicionaron en la parte trasera de su cabeza. Sus labios rozaron los míos.
No tomamos ni un segundo para ya haberlos juntado en movimientos coordinados, nuestro beso no era tranquilo. Su olor emanaba a mi nariz en lo que su respiración chocaba en la comisura de mis labios, su mano apartaba mi cabello para que no se interpusiera. Lynn besaba tan bien.
Nos fuimos separando de forma lenta hasta el punto de que nuestras narices apenas se tocaban, los dos sonreímos a la par.
—¿Nos vamos? —Mis ojos viajaban en los suyos de dos en dos, el frunció su nariz con una sonrisa.
Entrelacé mis dedos a los de Lynn, intercalando, él observó nuestras manos para volver sus ojos a los míos.
Era tanto el privilegio, no cualquiera podía ver a los ojos a Lynn, no cualquiera conocía esta faceta de él, no muchos sabían de su sonrisa, y nadie era protegido por Lynn, todo a excepción de mí.
( ... )
Nos dirigimos a los viajeros que les tocaba abordar el avión, después de ya haber dejado las maletas en su sitio y al pasar por el escáner anti armas. Pasamos por la larga cabina de cristal hasta llegar al exterior, subimos al avión nos sentamos en nuestros asientos correspondientes.
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Lynn: El demonio de los cuervos © [#1]
ФэнтезиJannet Hall no suponía lidiar con inhumanos, pues ella no era creyente de lo irreal. Hasta que todo cambió cuando lo conoció a él, Lynn Hadyn: El demonio de los cuervos. Una serie de sucesos la obligaron a aprender el uso de la magia y las armas, pu...