«Birthday gift»

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Luego de salir bien arreglados hacia el restaurante donde nos reuniríamos con el resto de nuestros amigos, para celebrar nuevamente mi cumple, ya que lo había celebrado antes con Jungkook -mi novio- de una manera más intima, fuimos sorprendidos por una fuerte lluvia de la que tuvimos que refugiarnos en un parque cercano a donde nos encontrábamos.

No habíamos podido regresar al departamento que compartíamos por no arruinar más nuestras ropas, aunque había sido un poco absurdo ya que la lluvia había alcanzado a mojarnos completamente en muy poco tiempo.

—Lo siento mucho conejita —me miró apenado Jungkook —, he arruinado tú cumple por no traer el auto.

—Tranquilo Kookie, no es tu culpa —le sonreí —, además, ya habíamos celebrado como me gusta.

Lo vi sonreír mientas mordía pícaramente su labio inferior que aún se encontraba un poco irritado.

—Aún puedo sentir tus pequeños dientecitos mordiendo mi labio mientras te tocaba —susurró bajo mientras se acercaba a mi —. Fuiste una nena mala al morder tan fuerte.

—No es cierto Kookie —sonreí —, además se que te gusta que lo haga ¿O no es así?

—Eres una nena traviesa, torturandome con lo que me gusta —replicó pasando su lengua por el interior de su labio, gesto que sabía me volvía loca.

—Pero Kookie, tú también lo hiciste —acaricié su pecho mientras lo veía a los ojos —, yo aún tengo tus dulces marcas en mi nalga derecha, daddy —susurré para él.

—Nena... —siseó su mirada entre mis ojos y mis labios —, es que me provocas y se me va la mano un poco.

—Tranquilo conejito, así me gusta.

Comencé a acariciar su pecho en la oscuridad que nos brindaba ese pequeño parque, provocandolo nuevamente como sabía que amaba. Nuestra relación siempre fue así, desde el principio no habíamos podido controlar la intensidad que emanaba entre nosotros, y cuándo decidíamos hacerlo, era como sí explotara el mayor volcán en erupción.

Sabíamos como llevarnos al límite de nuestros deseos más oscuros, éramos como las piezas de un rompecabezas que solo encajaban entre ellas; nunca hasta conocerlo a él había tenido a alguien que me entendiera tanto en todos los sentidos, y sabía que a Jungkook le pasaba exactamente lo mismo, por eso siempre dábamos rienda suelta a nuestros deseos sin importar nada, como el estar en este parque.

—¿Quieres provocarme aquí, conejita? —preguntó agarrando fuerte mi cintura.

—Sí conejito, quiero que me des un regalo aquí —besé sus labios dulcemente —, donde nos puedan ver. Juguemos ¿Sí?

—Joder conejita —mordió mis labios como yo lo había echo esta tarde —, si me provocas así no podre controlarme.

—No lo hagas, daddy —lo volví a provocar —, tócame aquí —llevé una de sus manos entre mis piernas.

—Nena... —jadeó cuando sintió la humedad en mis bragas —tan mojada como me gusta.

Siguió acariciando con su mano mi intimidad cubierta por las bragas de encaje negro que a Jungkook tanto le gustaba, mientras comenzaba a besar mi cuello y dejar pequeñas mordidas en este.

—Jungkook... —gemí cerca de su boca cuando esta se acercó —bésame por favor —apreté mis manos en su camisa —, te necesito daddy.

—La nena quiere un beso —acercó aún más sus labios pero sin rozarlos —, ¿Pero has sido buena niña?

—Si daddy, he sido buena, bésame por favor —sabía cuanto disfrutaba que le rogara así que lo hice con mi voz más sutil.

Jungkook me miro por un corto momento con sus ojos cargados en deseo, para luego estampar sus labios contra los míos en un frenético movimiento cargado de pasión, mientras movía ambas manos a mi trasero apretándolo fuertemente, logrando sacarme un jadeo entre medio del beso.

"Small Bites" BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora