"Small Bites" BTS

›Daughter of Lucifer‹

La primera vez que subí al mundo de los humanos lo conocí, y supe que sería por siempre mi perdición.

Siendo apenas un niño, en ese oscuro callejón, el cual lloraba agarrando la mano sin vida de quien parecía su progenitor.

Todo de él me llamó, sin siquiera saberlo, y sin explicación alguna mi cuerpo reaccionó.

En aquel entonces era solo un niño de nueve años, al cual la crueldad de los mismos humanos había dejado sin padre, y abandonado en ese horrendo lugar.

Pensé en no inmiscuirme, al final de cuentas no era mi labor salvar, sino todo lo contrario, pero algo en él me lo impidió. Quise creer que talvez era como yo, oscuro y con un propósito oculto, pero mientras más lo observaba más me daba cuenta de cuán absurdo era ese pensamiento.

Cuando lo arrope sacándolo de ese callejón, consolando su dolor y buscándole un nuevo hogar-donde pudiera echar raíces y ser feliz en un futuro-, supe que no sería ni la primera ni la última vez que viajaría hasta aquí solo para cuidar de él.

Y así fue, volví días después, solo para ver como sobrevivía por su cuenta, en el hogar que le obsequie. Sorprendiéndome cada día más, con la fuerza de voluntad que poseía en su pequeño cuerpo.

Sus preguntas llegaban a mi en cada visita, queriendo saber quien era, o que era; muchas veces me llamaba su ángel de la guarda, a lo cual negaba inmediatamente, no sería un angel jamás, menos con la ascendencia que tenía.

No quería revelarle mi identidad... no aún, era muy pequeño para saber a que lado de la moneda pertenecía. Siempre pensaba que podría odiarme por ser quien soy, pero otras veces me demostraba que estaba lo suficientemente agradecido conmigo por salvarlo, y que me aceptaría tal cual.

Los años pasaron rápido, y verlo crecer y luchar contra el mundo que una vez lo abandonó era fascinante. Me mantuve cerca de él, talvez más de lo querido algunas veces, solo por su petición; sus súplicas siempre parecían tener un fuerte impacto en mi interior.

Y aunque muchas veces lo intenté nunca más pude abandonarlo... me tenía amarrada a su vida de la manera más tonta concebida.

—Si padre llegase a descubrir lo que llevas haciendo todos estos años se enojara, y acabará matando a ese humano que tanto te has empeñado por salvar —me dijo mi hermano tranquilamente desde su posición en la cama.

—Padre debe de saber —respondí simple —, justo como sabe cada uno de nuestros movimientos.

—Pues entonces se le da bien hacerse el ciego cuando se trata de ti —río.

—No seas dramático Jin, no tengo culpa de ser la única mujer de la familia.

—Culpa no, pero bien que sabes aprovecharlo —quiso sonar dolido, pero sabía que para él era igual que para papá.

—No hagas el tonto —reí alto —, debo irme, ya debe estar esperándome —tomé mi bolsa para pasar dos días.

—Ten cuidado allá, siempre recuerda que los humanos no son de fiar —beso mi frente antes de que pudiera desaparecer.

En menos de un segundo ya me encontraba en la puerta trasera de lo que se había convertido en mi segundo hogar, oyéndolo caminar de un lado a otro talvez tratando de organizar, lo cual me hizo reír, hacía algún tiempo había comenzado a preocuparse más por sorprenderme cada vez que sabía que lo iba a visitar.

—Estoy en casa —exclamé para que pudiera oírme al entrar.

—Bienvenida noona —trató de ocultar su nerviosismo al sostener su ropa interior en la espalda.