2

2.2K 284 80
                                    

┉┉┉┉┉┉┉𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧┉┉┉┉┉┉┉

Desde que tengo memoria, solo tuve un único rival en toda mi vida. Zhanghao y yo siempre estuvimos en una constante competencia por absolutamente todo.

Los deportes, concursos y actividades escolares, hasta los proyectos que implicaban tener una calificación. Siempre competíamos por tener la nota mayor y ser el mejor; eso llevó a que nuestros padres también se disgustaran entre si.

Lo peor de todo, Zhanghao y yo eramos vecinos desde la infancia, y ahora teníamos nuestras habitaciones en él edificio de la escuela una frente a al otra. Vivir en paz era difícil.

¿Cómo había empezado todo? Ni yo sabía, pero cada día había un nuevo conflicto entre nosotros; y hoy no era la excepción.

Como dijo la maestra Hyerim, teníamos que lamentablemente venir por nuestro castigo. Así que ahora nos encontrábamos dentro del teatro limpiando todo el desorden.

No sabía cuanto tiempo este lugar había estado inhabilitado, pero el polvo y los muebles viejos nos indicaban que mucho.

Todo estaba tranquilo, sin contar a Zhanghao que solo se quejaba por estar aquí. Era agotador escuchar su molesta voz.

─ ¿Cuánto falta? ─traté de ignorarlo, pero cada vez era más insoportable.

─ Recién empezamos. ─soltó Junhyeon, esperando que por fin dejara de hablar, pero eso no sucedió.

─ Quiero ir a mi casa. ─juraba que si volvía a abrir la boca para quejarse de nuevo, le tiraría el martillo que tengo en mis manos.

De pronto, el silencio invadió el lugar trayendo la paz consigo. Deseaba que se quedara de esa forma hasta que llegara la hora de retirarnos. Sin embargo, su molesta voz hizo eco entre nosotros.

─ ¿Ya nos vamos? ─eso era todo, acabó con mi paciencia.

─ ¡Ay, por favor! ¿No puedes quedarte callado por una vez en tu vida? ─dije con cierta molestia en mis palabras.

─ No. ─respondió él, mirándome con una sonrisa.─ Keita, no quiero estar aquí con él.

─ Para tu información, lo que menos quiero es estar aquí contigo también. ─comento sin despegar mi mirada de lo que hacía.

─ Que buen dato, pero nadie te preguntó.

─ ¡Dios! ¿Yo qué te hice?

Ignoré su presencia por unos segundos para terminar de arreglar las repisas detrás del telón. Quería acabar mi parte para irme lo más rápido posible de este lugar.

Escuché ruido a mi lado y al voltear, me encontré con la figura de Zhanghao cargando unas cajas que cubrían su rostro. Igual no pensaba verlo de todos modos.

Podría haber seguido ignorándolo y avanzar en mis asuntos, pero una escalera de metal a punto de caerle encima me hizo reaccionar de forma inmediata.

─ ¿Estás bien? ─pregunté inconscientemente al tener su cuerpo sobre el mío.

Al tomar su brazo para que se moviera de su lugar y evitar una desgracia mayor, tiré con tanta fuerza que cayó encima de mí.

Noté como me veía asombrado por unos segundos que los sentí eternos; su rostro estaba cerca al mío pero nadie dijo nada.

El silencio reinaba hasta que Taerae hizo un pequeño ruido que nos sacó del trance. Con rapidez, él se separó de mí y se levantó evitando mirarme.

─ No necesitaba tu ayuda. ─soltó intentando levantar las cajas en el suelo.

Yo sabía que mentía. Obviamente no había visto la escalera a mitad del camino, y mucho menos podía zafarse del golpe que iba a recibir. Podría haber quedado en muy mal estado.

─ Decir gracias no te cuesta.

Conocía su personalidad; él jamás iba a agradecerme algo. Hablar de forma agrevisa o seca era su forma de comunicarse conmigo.

No dijo nada más y salió del teatro dejándonos solos en medio del incómodo silencio que se formó. Sus amigos no lo siguieron; supongo que tendrían sus razones.

─ ¿Qué fue todo eso? Debiste dejar que le cayera encima. ─comentó Matthew acercándose a mí sonriendo.

La verdad, ni sabía por qué lo ayudé. Él siempre se portó mal conmigo, no había razón para salvarle la golpiza. Pero no iba a ponerme a pensar de más, ya lo pasado quedó atrás.

Me intenté alejar para seguir con lo que hacía en un principio hasta que el brazo de mi amigo me tomó de nuevo, volviendo a hablar.

─ ¿Por qué lo ayudaste?

─ Ni idea de porque lo hice, ¿ok? ─dije algo fastidiado hasta que divisé la puerta.─ Necesito salir a respirar.

Tomé la perilla entre mis manos y salí del aula caminando hacia donde mis pies me guiaran. Si seguía ahí dentro iba a tener que seguir escuchando como Matthew me recordaba el hecho de que Zhanghao era mi enemigo jurado de toda mi vida. Y honestamente, ya estaba cansado de ello.

Estuve tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que llegué hasta el baño. Pensé que si me humedecía el rostro me concentraría mejor.

Escuché una voz dentro, pero no le tomé importancia hasta que me fijé en quien era. Zhanghao estaba mirándose al espejo mientras hablaba consigo mismo.

Retrocedí unos pasos intentando salir del baño sin hacer ruido; no quería cruzármelo y afrontar otra de las miles discusiones que siempre teníamos, hasta que un suspiro y una palabra hicieron detenerme.

─ Gracias. ─dijo sin dejar de mirarse en el espejo.

No sabía si estaba escuchando bien o era solo mi imaginación, por lo que decidí comprobarlo acercándome un poco.

─ ¿Ah?

─ Gracias. ─esta vez me miró y rápidamente salió, dejándome solo en medio del baño.

Aún seguía sin creerlo, pues podía jurar que antes de girar por la puerta, una pequeña sonrisa ingenua se había formado en sus labios al mirarme.

┉┉┉┉┉┉┉★┉┉┉┉┉┉┉

𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄𝐒 ⬳ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora