Sara

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*Narra Hela*

Han pasado casi tres meses desde que declararon la guerra entre los nuestros y seres místicos, todo parece estar en paz que nada ha ocurrido y simplemente ha quedado en el olvido... Todos sabemos que no es así, casi no puedo dormir en las noches, mis hermanos y mis padres se pasan la noche llorando el castillo incluso llegando a quedarse en mi habitación.

Ahora mismo me encuentro en mi habitación escribiendo en mi diario, sinceramente he perdido la cuenta cuando escuché mi voz... ¿Será que algún día conseguiré mi voz? Solo la Diosa sabe cuándo será de vuelta, mientras que mi única forma de comunicarme es a través de las palabras.

*Narradorara*

Hela seguía escribiendo perdido a sus pensamientos sin saber que alguien la observaba a través de los cristales de su balcón,
La miraba atentamente había sufrido un cambio bastante y su aspecto.

Su piel se había vuelto más clara de lo que él recordaba, habia bajado de peso y su pelo había crecido aún más llegando a descansar sobre su cama.

Él también había estado expectante velando sus sueños mientras ignoraba todo lo que sentía hacia ella, Seúl estaba completamente enamorado de Hela... Luchaba día a día para borrar lo que sentía por ella pero era imposible su olor lo enloquecía cada vez Más.

Una mano se posó en el hombro de Seúl haciendo resaltarse y ponerse en guardia al punto de atacar, su amigo rió burlón a la vez que esquivaba sin esfuerzo, también se había percatado que tenía sentimientos hacía ella pero en estos tiempos toda protección para ella era poco.

- Alfa... Yo...

Por primera vez en años Esteban veía a su amigo Seúl sin poder pronunciar palabra, perdiendo la compostura.

-¿El el gran Seúl flaquea por una mujer?

Susurro, El nombrado aparto la mirada.

-Nunca e Flaqueado alfa...

Contesto entre dientes.

-Largate.

Seúl se puso firme mirándolo desconcertado.

Habían acordado en hacer guardia ambos pero parece ser que eso ha cambiado ahora.

-tienes que vigilar tu alredor amigo, no espiarla.

Seúl agachó la cabeza confundido y sin decir palabra se dejó caer por la terraza.

No se iría a casa y ambos lo sabían estaban cubriéndose las espaldas ambos.

Una vez a solas Esteban intentó controlarse ya que ardía en rabia saber el poder que tenía ella sobre los demás lo ponía enfermo.

Oculto el olor de ambos ya que al asustarse había dejado el olor de Seúl en el aire, se acercó a la ventana y vio que tan entretenido estaba Seúl.

Sobre una cama de color malva estaba ella tumbada boca abajo escribiendo, intento más de una vez leer su mente y no logro ni un poco, desde donde estaba escucho unos paso y abrir la puerta de la habitación.

Su hermano Thiago entro sin llamar asustando a Hela, Esteban se oculto un poco más para no ser visto.

-¿Todo bien?

Escribió rápido ella poniéndose de pie mirando a su alrededor.

-Siento asustarte, Sólo sentí la presencia de... (sacudió su cabeza regalándole una sonrisa)- te estamos esperando para la cena.

Ambos hermanos salieron de la habitación.

Estevan suspiró el aire frío de la noche, una brisa movió su pelo ahora más largo.

Hela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora