Hela.

¡¡Huye Hela!!

Era una tarde de verano cuando comenzó todo el caos. Hela, una pequeña niña de seis años estaba fuera de la casa viendo como miles de mariposa revolotean a su alrededor ensimismada, vivía en Funes un bonito y pequeño pueblo rural situado en el majestuoso,
"Valle de Funes del Tirol de Italia."
Uno de los paisajes mas bellos del mundo y pintoresco pueblo italiano.
Hela estaba por perseguir a una mariposa cuando unos hombres vestidos de negro y montados a caballo se diría hacia la entrada del pueblo, la niña corrió dentro de la casa alarmada avisando a sus padres.

— ¡¡mamá, papa se acercan unos hombres con caballos oscuros!!

Gritó a pulmón temblando de miedo, Hela no sabía de quién se trataba pero algo le hizo correr dentro y avisar a sus padres, unos segundos después su padres estaban delante de ella.

— No te preocupes cariño, ve al establo y esconde te junto a Tristán.

La niña aún en shock por el miedo no podía moverse, su madre reacciono antes cogiéndola de la mano y sacándola por la parte de atrás.

—mami tengo miedo...

Dijo con lágrimas en los ojos.

Su mamá trago el nudo que había en su garganta y la llevo al establo junto a su viejo caballo. Una vez escondida sobre el heno y la paja entonces le hablo.

— Cariño, no debes de temer tus padres te protegerán siempre. (Sus ojos se aguan)  escúchame atentamente Hela, pase lo que pase aún que oigas gritos no se te ocurra salir ¿Me escuchaste? Quiero te tapes tus oídos y cantes nuestra canción hasta que yo vuelva ¿si?

Alarmada y ahora llorando la pequeña abrazo a su madre.

— Sí mamá, lo prometo...

Le devolvió fuerte el abrazo y se levantó cogiendo de paso un cubo disimulando que fue a por huevos, y después de encaminó a la casa.

Margareth  cruzo el lunbrar de la puerta y escuchó a su marido hablando en un tono calmado, eso hizo que se le pusiera los
bello de punta, poco a poco se fue acercando y entonces vio de cerca a los hombres.

—buenas tardes caballeros, ¿Que se le ofrece en esta humilde casa ?

Dijo ella en tono tranquilizador poniendo su mano en el hombro de su marido, como si eso podría aliviar la tensión de su cuerpo.

— ya sabe lo que buscamos señorita.

Respondió con voz neutra el más alto.

—¿Que se trata, me lo puede recordar?

El hombre parece perder los estribos.

—¿¡donde tenéis a la niña!?

Estalla cambiando sus ojos marrones a uno rojo.

—La diosa no nos a dado el privilegio de tener una hija.

Acortó Roger, con mucha calma.

Son vampiros.

Sus manos se hicieron puños.

—¿Entonces no importara que mire por mi mismo?

Sin dejar de verle a los ojos, Roger con mucha calma se hizo a un lado  dejando que los hombres entraran en la casa y miraron destrozando todo a su paso.

En un rápido moviento el hombre con el que hablaban le toma del cuello a Margareth y la atrae hacía el, la furia de Roger hace que también cambia el color de ojos por unos más claros.

—sueltala, ahora.

Dijo entre dientes, el hombre sonrió mostrando sus colmillos.

—la niña primero...