Hector y Cláudia.

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La noche llego enseguida y con ello el viento frío de la primavera se hizo presente, Las demás niñas dormitan unas al lado de otras, sin embargo Hela tiritaba del frío ya que no se acercó al grupo por más que las demás le llamarán, miraba la oscuridad como si de alguna Manera logrará ver más allá. Lágrimas salían sin permiso aún no dando crédito lo que había sucedido.

La pregunta que rondaba su pequeña cabeza era el estado de sus padres y que no pudo cumplir la promesa que le hizo a su mamá, un sollozo salió tan fuerte que hizo que varias de sus ahora compañeras se acercarán para ver qué le ocurría.

—¿Te encuentras bien?

Hela aún no podía para de gritar y sollozar, parecía que había enloquecido.

—vamos amiga... Todo estará bien tienes que tranquilizarte, todo va a estar bien.

Susurro una chica en el oído de Hela, haciendo que poco a poco su cuerpo se relajara, acarició su cabello y la levanto para poder abrazarla.

—quiero volver a casa.

Sollozo de nuevo.

—algún día lo haremos, pero por ahora debes ser una chica valiente... Te doy mi palabra que saldremos de esta.

Hela al oír esas palabras hizo que su cuerpo se relajase.

—dime pequeña ¿Cuál es tu nombre?

Pregunto a la vez que con su capa tapaban sus cuerpso fríos.

—M-me... Me llamo H-Hela.

Tartamudeo abrazándose al cuerpo de la chica.

—mi nombre es Ania, ven vamos a ponernos con las demás chicas así el calor será más agradable.

Hela pareció pensarlo pero finalmente se puso de pie,
Fue entonces que se dio cuenta que era muchísimo más mayor que ella.

Se sentaron junto a las demás chicas algunas tenían las mejillas Rojas de tanto llorar, mientras que otras tenían la nariz roja por el frío, Ania cogió en sus brazos a la pequeña Hela y la meció en sus brazos cantándole una canción lo cual hizo que la pequeña durmiera, ella velaría el sueño de las más pequeñas junto a dos chicas más de su misma edad. Horas más tardes notaron que la ((jaula)) paro tan fuerte que algunas casi caen  de cara, aún a dormiladas miraron el lugar donde se encontraban confusas.

Hela miraba todo sin perder detalles sus ojos oscuros miraban sin perder detalle, habían llegado a otro pueblo lo sabía por qué  hombres y mujeres vestían solo de pieles de animales puesto que en su pueblo vestían de arapos de colores oscuros, también fue por el  mercado habían por doquier más que donde ellas vivían. Desde un panadero, a comerciantes de tela que jamás había visto y dudaba que existíera, carniceros cortando lechones o gallinas ignorando la sangre. Esto último hizo que a las niñas les diera más de una arcada.

La gente que pasaba  alrededor  miraba con pena a las muchachas negando con la cabeza, miradas de desconocidos que hacían que a las mayores les dieran escalofrío y se alejarán bajando la mirada.

Los hombres que faltaban llegaron con varias pieles, y comida. El hombre que portaba las pieles abrió la  puerta de la ((jaula)) y dejó caer varias mantas de pieles y volvió a cerrar.

—Vamos muchachos, tenemos que llegar antes que llegue el anochecer.

Dicho eso caballeros oscuros ahora enmascarado pasaron primero, después por último donde se encontraban las niñas, Ania decidió acercarse y tomar la manta de piel, todas miraban expectantes.

Se volvió a acercar y  rodeo los cuerpo de chicas quienes se juntaban más las unas a las otras, al menos eso bastaría para no morir de hipotermia, las mayores decidieron hablar para que dejaran de pensar o les diera otro ataque de pánico.

Hela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora