Frágil un instante

248 27 1
                                    

El agua parecía seguir brotando infinitamente, Yor ya había intentado hasta lo imposible para contenerla, pero  para este momento, era probable que no quedara en el departamento ni un solo centímetro seco.

Haciendo un pequeño puchero miró a su alrededor, le entraron unas inmensas ganas de llorar por la frustración que le provocaba está situación, con los ojos llorosos se sacudió en vano sus pies y por tercera ocasión intentó llegar hasta el baño.

Aquella tarde había llegado temprano de su trabajo, pensó en tener todo listo cuando Loid y Anya llegarán. Creyó que sería un lindo gesto prepararle un baño para que se relajara pues le había comentado que hoy sería especialmente duro.

Luego de resbalar por el agua mientras intentaba dar un salto y caer de rodillas se lamentaba y reprendía por su distracción. Encendió la televisión solo por lo que le pareció unos instantes en lo que la tina se llenaba, estaban dando un programa de cocina y Briar considero que con esto podría aprender algo útil y hasta tomó notas. Pasó alrededor de una hora cuando recordó el agua y corrió hacia la puerta del baño abriéndola sin tomar en cuenta lo que ocurriría.

El caudal del agua la arrastró varios metros, el baño ya debería estar lleno por lo menos hasta la mitad.

Yor se cubrió la cara con las manos sin levantarse, suspiró intentando hacerse la dura y no llorar.

— Él va a odiarme— se lamentó Briar apunto de llorar— yo lo intento, intento ser una buena esposa...

En su mente no podía dejar de imaginar el rostro furioso de su esposo al ver el desastre que había hecho, pensó que luego la correría de la casa y terminaría buscando a alguien más capaz. Sus imaginaciones hubieran llegado a un punto más sombrío si un tintineo metálico detrás de la puerta la hubiera vuelto a la realidad.

Yor se levantó de un saltó entendiendo que Loid acababa de llegar en ese momento, el picaporte giraba y ella se daba la vuelta hacia el baño, a pesar de resbalar un par de ocasiones ella no se detenía, tal vez el matrimonio fuera solo un acuerdo entre los dos, pero ella quería estar con él, vivir de esta manera cuánto fuera posible.

La llave la estaban su alcance de un saltó se lanzó para alcanzarla, no tomó en cuenta entonces su fuerza descomunal y lo que le haría a la llave del grifo al alcanzarla. Fue un breve crujido, la corriente duplicó su intensidad, ella resbaló hacia adelante, miró sin poder hacer nada al respecto como su rostro se acercaba al borde de la bañera, cerrando los ojos.

El impacto jamás ocurrió, Loid la sostenía entre sus brazos, protegiéndola con su cuerpo de la corriente mientras se dejaba arrastrar hacia la puerta que estaba abierta, por el flujo del agua sin soltar a Yor, hasta terminar afuera.

— Espera aquí— indicó mientras la dejaba en el pasillo de la casa.

Loid se alejó por pasillo hacia las escaleras.

Luego de un rato sin entender que había ocurrido, el agua comenzó a disminuir, Yor se dió cuenta que al menos ya no salía agua del orificio en la pared. Recordó hasta ese momento que el edificio en el área de servicio contenía las válvulas que controlaban la corriente, se sintió tonta al no haberlo pensado ella antes.

Loid regresó pasando a un lado de ella sin hablarle, esto alimentó sus miedos, su mente le recordó lo que había estado imaginando, espero que Forger regresara con sus maletas y le dijera que tenía que irse.

Cuando Loid regresó, ella ya lloraba caudales enteros presionando sus ojos con fuerza. Yor sintió que se aproximaba y espero su reprimenda, no obstante no podía estar más alejada de la realidad. Loid la rodeó en sus brazos envolviéndola en una toalla seca y dulcemente comenzando a secar su cabello.

— ¿No vas a correrme por qué soy torpe y todos en el edificio se ahogaran por mi culpa?— preguntó entre llantos y un enorme puchero.

Loid se obsequió una cálida sonrisa y la aproximó a su cuerpo rodeando su cabeza por sus brazos, Yor podía escuchar los latidos de su corazón desde su pecho sentir su calidez. El rostro de la chica enrojeció y su cuerpo que temblaba por el frío enseguida adquirió calor.

—Tranquila, todo está bien, nunca haría algo así— le murmuró al oído que produjo en ella un cosquilleo en la nuca y le erizó todos la piel.

— Siempre pongo mucho empeño en todo lo que hago y sale mal— se lamentó la chica.

Loid se separó un poco para verla, retiró el cabello que le cubría el rostro y acarició su mejilla.

— Tu determinación es admirable— indicó Loid.

Se aproximó hacia ella y la besó en la frente, permaneció así unos segundos, Yor sentía le impulsó de alejarse por su nerviosismo, pero estar así se sentía demasiado bien, cerró los ojos disfrutando la calidez de sus labios en su piel, supo así que todo estaba bien. No solo con eso, con su vida, con ella, con los dos.

— Temí que pudiera ocurrirte algo—confesó Loid sin despegar sus labios.

Al escuchar esto Yor esbozó una pequeña sonrisa.

Yor Briar era atlética como el mejor de los deportistas aunque el factor del agua lo había complicado bastante, estaba pulida por ciertos de batallas, en cuanto su vida estuviera en peligro su cuerpo reaccionaría, habría dado una pirueta, girado en el aire o golpeado algo para rebotar en él. Pero le gustaba sentirse frágil un instante, dejarse cuidar, ser reconfortada como si fuera pequeña, podría estar justo así por siempre.

—Tranquila, todo está bien, nunca haría algo así— le murmuró al oído que produjo en ella un cosquilleo en la nuca y le erizó todos la piel.

— Siempre pongo mucho empeño en todo lo que hago y sale mal— se lamentó la chica.

Loid se separó un poco para verla, retiró el cabello que le cubría el rostro y acarició su mejilla.

— Tu determinación es admirable— indicó Loid.

Se aproximó hacia ella y la besó en la frente, permaneció así unos segundos, Yor sentía le impulsó de alejarse por su nerviosismo, pero estar así se sentía demasiado bien, cerró los ojos disfrutando la calidez de sus labios en su piel, supo así que todo estaba bien. No solo con eso, con su vida, con ella, con los dos.

— Temí que pudiera ocurrirte algo—confesó Loid sin despegar sus labios.

Al escuchar esto Yor esbozó una pequeña sonrisa.

Yor Briar era atlética como el mejor de los deportistas aunque el factor del agua lo había complicado bastante, estaba pulida por ciertos de batallas, en cuanto su vida estuviera en peligro su cuerpo reaccionaría, habría dado una pirueta, girado en el aire o golpeado algo para rebotar en el borde. Pero le gustaba sentirse frágil un instante, dejarse cuidar, ser reconfortada como si fuera pequeña, podría estar justo así por siempre.

Sweet SurrenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora