Habían pasado ya cinco minutos desde que había llegado a su casa, sostenía su bolso con su mano y con mucha fuerza, estaba pensando en si irse o entrar, no quería, no queria entrar y enfrentarlo. Dos minutos más pasaron, al final sacó sus llaves y abrió la puerta, entro rápidamente y cerró la puerta para irse lo más rápido posible a su habitación, pero no pudo.
—YoonGi—sintió un malstar en su estómago al escuchar aquella voz y su nombre salir de esa boca—¿No pensabas saludarme?
El rubio suspiro y se dio la uelta, encontrándose con él, tenía una hipócrita sonrisa, a su lado, estaba su madre, con una gran sonrisa.
—Hola abuelo—saludo y se dio la vuelta para irse, pero nuevamente, no pudo.
—¿Y mi abrazo?—YoonGi cerró los ojos por un momento para relajarse. Se dio la vuelta y se acercó al mayor que ya tenía los brazos extendidos, entro en sus brazos y solo dejo que el mayor lo abrazara.
Se sentía incómodo, sentía asco y unas ganas tan grandes de golpearlo, pero su madre estaba ahí, no podía hacer nada de lo que su cabeza le pedía a gritos. Simplemente se alejó del mayor y se fue a su habitación sin mirarlo ni a él ni a su madre.
Se encerró en su habitación, al cerrar la puerta, se quedó mirando a un punto fijo, si tan solo pensar en que lo tendría que ver, hizo que tuviera un ataque de nervios, no sabía lo que sentía al verlo y sentirlo cerca, pero no saldría de su habitación hasta que el se fuera.
Ya habian pasado más de tres horas y aún podía escuchar a los mayores hablando y riendo, quería salir, pero no quería que su mamá lo viera, así que decidió salir por la ventana, total, muchas veces lo había hecho para ir a casa de Lia. YoonGi se levantó de su cama, se puso sus zapatos y uno suéter de color negro, tomo su celular y cerró su puerta con llave, ya listo, salió fácilmente por la ventana y se fue, algo de todos los días.
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—¡No le entiendo!—Jimin lanzó su cuaderno lejos de él bajó la mirada de TaeHyung.
—No jodas, te lo he explicado cinco veces—TaeHyung hizo una mueca mirando a Jimin
—Odio matemática, ya no quiero estudiar.—Tu irás a recuperación, no yo—el más alto tomo su celular miró la hora—Ya debo irme.
—¿Ya?—Jimin hizo un puchero—No te vayas.
—Mi mamá me dijo que la ayudará con unas cosas, además, ya es de noche Jimin—se levantó tomando sus cosas.
—Esta bien, te llevo—Jimin se levantó también y se puso su suéter de color beige.
—Uy si, como si tuvieras un auto.
—Soy muy humilde con bicicleta.
Ambos rieron y salieron de la habitación, TaeHyung se despidió de la abuela de Jimin y salieron de la casa, Jimin ya con su bicicleta y TaeHyung riendo por las cosas que el más bajo decía.
Unos minutos después, TaeHyung ya estaba en su casita y Jimin se estaba devolviendo. Este iba manejando su bicicleta tranquilamente mientras tarareaba una canción, amaba manejar de noche, la brisa fría chocando con su rostro y lo pacífico que era.
Por un momento miró hacia su derecha ya que había escuchado un ruido, al mirar al frente nuevamente, había una persona cruzando, rápidamente freno pero perdió el control y cayó.
—¡Ah!—se quejó al sentir un ardor en su rodilla y en sus manos. Levantó la mirada y solo vio su bicicleta un poco lejos de él, miró hacia atrás y se congelo al ver a ese pálido de cabello rubio mirándolo.
—¿Estas bien?—YoonGi le extendió su mano a Jimin, quien no tardó mucho para tomar su mano.
—Si, eso creo—miro sus manos y su rodilla, se había raspado y ya estaba sangrando—No, me arde.
—Lo siento, debí ver si venía una bicicleta.
—No te preocupes, yo también estaba distraído—sonrió y fue hasta su bicicleta para levantarla.
—Deberias limpiar eso de que se infecten—hablo refiriéndose a las heridas.
—Eso haré cuando llegue a mi casa.
—No, mirá, ahí está la farmacia, es mejor limpiar inmediatamente—metio sus manos en sus bolsillos—Esperame aquí.
Jimin se quedó viendo cómo YoonGi cruzaba la calle y caminaba hasta la farmacia, pasaron unos minutos y este salió, con una bolsa, se acercó nuevamente a Jimin y le enseño la bolsa.
—Te ayudaré a limpiarte eso—camino hasta un banco que estaba cerca, al no. Era que Jimin hacia algún movimiento, hablo—Vamos.
—No hace falta, YoonGi—sonrió avergonzado.
—Yo ocasione eso, déjame hacerte este favor, ven—se sentó en el banco y segundos después Jimin se sentó a su lado.
YoonGi no dijo nada ni Jimin, el pálido comenzó a sacar las cosas que había comprado, algodón, alcohol y curitas, tomo el algodón y le echo alcohol.
—Tu mano.
Jimin extendió su mano y YoonGi la tomo, comenzó a limpiar y el castaño a quejarse por el ardor, pero se resistía.
—¿Te duele?—Jimin negó—Mentiroso.
—Claro que duele, es alcohol.
YoonGi simplemente rió y termino de limpiar la primera mano, le coloco una curita en donde tenía la herida y siguió con la otra mano, luego lo limpio su rodilla y listo.
—Terminé—YoonGi comenzó a guardar todo lo que uso en la bolsa y lo demás lo tiró a la basura.
—Gracias, no tenías que hacerlo pero gracias—Jimin se levantó con una sonrisa.
—La próxima vez ten cuidado al manejar, es peligroso.
—Lo haré, tu también debes ver por dónde vas.
—Lo haré—el pálido sonrió un poco—Ya debo irme, nos vemos mañana.
—Ve con cuidado, nos vemos mañana.
Jimin se quedó mirando a YoonGi, este se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su casa. Jimin sonrió contento y se montó nuevamente en su bicicleta, YoonGi era un chico muy lindo y amable.
¿Será que no es tan hetero como dicen?—penso Jimin mientras comenzaba a manejar hacia su casa. Le gustaba la idea de que YoonGi no fuera tan amable hetero, así podría tener una oportunidad con ese chico lindo.
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