Por él

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Siempre que tuve este pensamiento, lo reprimí. Cada experiencia trans que veía se caracterizaba por haber sido demostrada a temprana edad, y la falta de expresión por mi parte respecto al tema me llevó a cuestionarme incontables veces la veracidad de mi sentir. Somos siempre el peor juez con nosotros mismos.
Incluso sabiendo que toda vivencia es distinta, no fue hasta desmembrar la razón de esto que pude comprenderlo. Antes de mis cinco años, inconsciente de las diferencias corporales entre los sexos (porque no había visto a nadie desnudo, como es normal), pensaba que todos tenían pene. Desde una mujer a un hombre, todos. Y por eso no relacioné al falo como algo masculino, me era desconocido tal concepto. Con el tiempo todos me trataron de hombre y simplemente lo sobrellevé, hasta que me enteré que las mujeres tenían algo conocido como vagina. Incluso en ese momento inexperto, se me ocurrió la idea de ponerme cinta scotch sin saber realmente a qué se debía ese impulso de esconder algo que se me había otorgado y que, indudablemente, me correspondía. Con el tiempo, dejé de quitarme la remera, y comencé a adoptar vicios femeninos que repliqué de manera inconsciente, desde el vocabulario al lenguaje corporal.
No tengo noción sobre lo que es ser un hombre porque no lo he sido, he únicamente actuado ser uno. Desde lo más recóndito de mi ser, tengo el elixir de una mujer. Y quizás me sea ajena la capacidad de que todos me traten así, pero no importa mucho. Siempre habrá alguien que me aborrezca, y yo lo amaré, porque es más fácil amar qué odiar. Supone un menor esfuerzo.

Nunca me quiero resignar. No quiero ser cisgénero, no quiero haber nacido con estrógenos y falta de testosterona. Es insoportable ser lo que soy, pero me llena de orgullo ser mi propia Mona Lisa y armarme pieza por pieza. No me arrepiento de vociferar, con el aliento de dragona más ferviente, que yo, Alchemyy, Laura, soy una chica trans. Y no soy nada más que eso: una chica.

Ahora les pregunto a ustedes, ¿es momento de ir, para no matarse, soltarse al devenir y así aliarse?

Por él me suicido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora