Denji se encontraba sentado cerca de la cabaña mientras veía el mar a lo lejos.
A su lado estaba kobeni la cual descansaba su cabeza justo en el hombro de su novio.
Y es que habían pasado unas dos semanas aproximadamente y aún no había ocurrido nada extraño contra ellos.
Incluso Beam fue el quien decidió ir por su cuenta a la ciudad para ver cómo iban las cosas pero al parecer, nada malo ocurría ahí, así que eso les dió cierta tranquilidad a ambos amantes aunque tampoco es que estuvieran tan relajados.
Denji era el que más pendiente estaba de su entorno puesto que sabía que en cualquier momento podía ocurrir alguna tragedia, por lo que debía de estar al pendiente si es que no quería que nada malo le pasara a kobeni.
Y la chica por su parte era la que poco a poco estaba empezando a entrar en razón sobre todo lo que la rodeaba.
Y es que sin ir más lejos, ella sabía que podía pelear perfectamente contra cualquier demonio que se le cruce, pero vivía en la ignorancia debido al miedo que tenía.
Pero ahora que sabía que estaban en peligro, empezaba a entender verdaderamente que no podían huir para siempre.
Tampoco podía dejar que Denji cargara con todo solo.
Sabía que él era fuerte, pero tampoco quería verlo dañado en lo absoluto.
Ella quería apoyarlo, pero sus inseguridades eran las que le impedían avanzar a su lado.
Pero ahora que ha tenido tiempo para reflexionar en ese lugar, podía llegar a comprender que huir ya no era un opción.
Debía de empezar a estar preparada por si la situación lo amerita.
Y claro que sería así, es por eso que secretamente, cuando Denji dormía, ella se escabuillia del cuarto para ir a hacer ejercicio a unos cuantos metros alejada de la cabaña.
No es que tuviera una mala condición física, pero debía de prepararse aún más puesto que si en dado caso se enfrentaban a agentes de la seguridad pública, entonces lo tendrían difícil.
Ella recuerda vagamente cómo había algunos subordinados de Makima que eran casi igual de fuertes que Denji.
Estaba violencia por ejemplo, que era el demonio que representaba su nombre.
Aunque no logró convivir mucho con él ya que se salió de ese trabajo, pero tenía entendido que era un buen siento, pese a que su nombre daba miedo.
También estaba el demonio ángel, que a palabras de Beam, era alguien muy perezoso, pero que poseia habilidades únicas que podían inclinar la balanza de una pelea a su favor.
Y por último de lo que ella puede recordar, estaba prinz, el cual era el demonio araña.
Y si ella no estaba mal, los demonios pueden llegar a ser muy fuerte en base al miedo que les tienen.
Eso lo llegó a aprender de parte de Aki en una de sus tantas conversaciones que tuvieron cuando aún vivían juntos.
Y si lo que le dijo era verdad, entonces no cabía duda de que mucho de los subordinados de Makima eran extremadamente poderosos.
Es por eso que no podía dejar a Denji solo, en especial ahora que se ha vuelto alguien buscado, o eso creía.
- Kobeni-chan...a dónde te gustaría ir después de esto?-
- eh? A qué te refieres?-
- digo...cuando todo esto acabe, te gustaría viajar a algún lado en específico?-