XV. Extra. Establecerse

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Hacerse a la idea de que está vivo, es un pensamiento confuso para Wei WuXian.

Durante años su cuerpo y alma nadaron en las profundidades de una charca maldita y se cultivó en resentimiento hasta que fue liberado.

Si se le preguntaba, no tendría respuesta para aclarar su condición. El estado de su cuerpo o si desaparecería algún día como producto del resentimiento.

Prefirió no pensar en ello, y vivir un día a la vez; un acontecimiento a la vez.

Fiel a su palabra, Lan WangJi les guió por la incertidumbre. En tierras lejanas e inexploradas. Donde las grandes sectas de cultivo no eran nada más que meras narraciones heroicas que no tenían lugar ahí.

Y a Wei WuXian le gusto, porque así nadie recordaba su nombre. Él podría desaparecer de la narración para siempre.

Con los ingresos de Lan WangJi se hicieron de un espacio en una montaña apartada y se irguió una cabaña. Fue tal y como alguna vez, Wei Ying deseó. Con similitud en dimensiones. Cerca del río, desde donde pescar, aunque en realidad no comía pescado. Podía tomar siestas en la hierba, ver los árboles florecer y las hojas caer.

También podía hacerse de su jardín y la huerta, que se había convertido en un proyecto que le proporcionaba paz.

Aprender, mediante diversas experiencias, dio valor a estar vivo.

Sin embargo, no fue exento de arrepentimientos, y lamentos. Tenía pesadillas inquietantes y solía experimentar una desconexión con su cuerpo real debido al trauma de ser devorado en vida. Además, la incomodidad de las heridas de su primer cuerpo, golpearon como dolor fantasma.

No pudo evitar escuchar sobre grandes líderes y cotilleo de la cultivación en sus visitas al mercado para abastecerse de los recursos que no podían trabajar por su cuenta; lo que más le gustaba escuchar eran aquellos rumores donde se mencionaba al hijo de Jiang YanLi.

Esto derivó en noches de abatimiento. Solía aferrarse a Lan WangJi en búsqueda de consuelo y atenciones, en un intento desesperado por lidiar con la realidad. Que había herido a gran número de personas, su antigua shijie había fallecido por su causa. Incluso haber lastimado al segundo jade.

Hubo días en los cuales ansío morir, y planificó toda clase de escenarios. Desde saltar al río, hasta adentrarse al bosque y no regresar, aunque al final del dia, todo se quedó en pensamientos.

"Estoy aquí" diría WangJi en un intento por consolarle.

Wei WuXian sentia su corazon calentarse, y angustiarse, por la lealtad ciega sobre su persona. Lan WangJi ignoro el mal humor en los días malos, el resentimiento pululando a raíz de los horrores nocturnos e incluso errores cometidos ante su nueva, vieja, mala memoria.

Su dia a dia se convirtio una odisea. Sin importar lo complicado que fuese, Wei WuXian enfrentó toda situación con un poco de ayuda.

Entendió que no todo el peso del mundo debía recaer sobre sus hombros.

Lan WangJi fue amable y paciente. Incluso alguien tan atormentado como el antiguo segundo jade, tuvo deseos reprimidos, que apenas se permitió en su inesperada libertad. Se cuidaron algunos conejos, se cultivaron vegetales y distribuían las tareas. Wei WuXian cortaba algo de leña y WangJi cocinaba para él.

Como en su sueño de infancia, donde se bañaban juntos e interpretaban música a dueto.

Fue una vida doméstica agradable. Reflexionando a profundidad, notó todo aquello de lo que se hubiese perdido de haber tomado su vida tal como había planeado.

Alma encadenada a la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora