𝐟𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 || 𝚝𝚊𝚎𝚔𝚘𝚘𝚔

capítulo 17

Dios...Dios perdonanos - SeoJoon se encontraba de rodillas frente a la gran cruz, tembloroso- confieso señor que he pecado, descuide mi trabajo...a mi familia, descuide mis oraciones como hijo de Dios, he desobedecido los dies mandamientos con el pensamiento...seguí mi propia voluntad, no la del espíritu Santo, se que merezco la vergüenza y la miseria en esta vida...y el fuego eterno del infierno...Pero te ruego, por amor a vuestro hijo...perdonarme, ten misericordia señor, muestranos la luz a mi y a mi familia señor, Amén.

Padre...por favor, ya deja de pensar en esas cosas, deja de pensar en él. -La voz susurrante de Seok Jin hacia eco a espaldas del hombre, mostrando preocupación por el mismo- Los días que pasan tan solo parecen afectarte más.

Esto es una maldición.- balbuseo el hombre-

Padre, esto podría ser como un plaga, los dies mandamientos de egipto que figuran en la biblia recuerde, muerte del ganado y...langostas que acababan con las cosechas. -comentó Seok Jin

Es una maldición hijo, no se que clase de pecado hemos cometido para llegar a esto, los animales muriendo al igual que las personas, con estas cosechas nos acabaremos muriendo de hambre en menos de dos meses y tu hermano... -soltó un fuerte suspiro- nos hemos hundido en pecado.

Seok Jin estaba harto, escuchaba como su madre lloraba todas las noches, como si no tuviera consuelo ni perdón en su alma y veía como su padre se encerraba en su sótano donde desde la puerta podía escucharse al hombre rezar, mañana y noche sin descanso. Su sangre le hervia al pensar que por culpa de su hermano, esto se había desatado.

No obstante, habían acordado que ya no intentaría hablar con su hermano, en todas las ocasiones fue completamente un estupido que solo hizo oídos sordos a su familia. Pensaba Seok Jin.

Sabía que algún día, el se dará cuenta del error que cometió y sabía que cuando lo haga ya va a ser muy tarde.

Taehyung cumplirá diecinueve años mañana...-recordó aquel hombre, dejo salir un pesado suspiro y cerro lentamente el libro que tenía entre sus manos- no se lo recuerdes a tu madre ¿de acuerdo?.

Una sensación extraña se hizo presente en Seok Jin, el primer cumpleaños lejos de su hermano menor ¿como podría sentirse al respecto? Una parte de él sabía que todo esto era culpa del imbécil de Jungkook, no obstante, sabía que no podía ignorar la pequeña culpa que recaía en su hermano menor.

Seok Jin sabía que todo se estaba yendo al carajo pero en su mente no era capaz de inculpar a ninguna otra persona que no fuera su hermano menor junto con aquel hombre. El y su familia no tendrían la culpa , ellos intentaron formarlo por buen camino ¿eso no tuvo nada de malo o si? Ellos jamás tendrían la culpa ante su perspectiva.

Todo es culpa tuya, Taehyung.

Taehyung había despertado como cualquier otro día normal, sus ojos pesaban que ni siquiera tenía ganas de abrirlos, su cuerpo extrañamente se sentía adolorido, extendió su mano para buscar el cuerpo de el pelinegro pero extrañamente este no lo había encontrado.
Rápidamente se levantó de la cama algo mareado ante su acción, busco con detenimiento en su mirada pero, sin embargo, no había ningun rastro de este.

Qué lo parió - murmuro este mientras frotaba sus ojos con las palmas de sus manos-

Se levantó de la cama, se dirigió hasta el baño donde se cepillo los dientes, se enjuagó la boca, luego hizo gárgaras y escupió el agua sobre el lava manos condenado a todos los desechos. Se lavó la cara y se remojo el pelo, frente al espejo se puso derecho, muy derecho, sus diecinueve años se hicieron presentes tan rápido, una sensación extraña recorrió su estomago hasta hacerlo incomodar, su primer cumpleaños lejos de casa le parecía tan extraño.
Miro hacía una pequeña ventana que daba hacía el exterior, miro hacia el horizonte donde este pensaba en como habían sido sus anteriores cumpleaños, cada uno de ellos los festejaban en la Iglesia justo con todo el pueblo, al llegar a casa su madre le entregaba un pastel hecho por ella misma, para Taehyung el pastel de su madre era el más exquisito de todo el mundo, era el único día en el cuál podía estar en paz si sentirse hostigado. Sin embargo, los momento lindos no lo harían cambiar de opinión, él no pensaba en volver.