"¿Por qué el calor y el fuego siempre han de ser condenados y temidos? Porque son destrucción, y la destrucción asusta, evita, corrompe.
El calor de la intensidad, de lo abundante en negativa. ¿Por qué lo bueno siempre es bueno en abundancia?, Y ¿por qué lo malo siempre es malo aún en escases?.
Bien y mal, tan mal interpretados que a veces se mezclan, tan blanco o negro, que se olvida el gris.Los colores tan vastos, tan llenos de matices y las mentes tan pequeñas, incapaces de si quiera hacer el intento de entender. La belleza de la oscuridad en lo puro, y la fuerza de la claridad acunando lo malvado.
Eso eran ellos, luz y oscuridad, un paraíso y un infierno, coexistiendo de manera tan cercana, que si Dios lo viera, sentiría envidia de su creación"
— Hannibal...
Estaba corriendo, su respiración se sentía cortarse, luchaba para recuperar oxígeno. Sus piernas se movían por instinto, como un animal asustadizo que huía sin dirección aparente, solo queriendo escapar de su depredador.
— Hannibal...
Apretó aún más fuerte la mano, ignorando de manera deliberada la súplica de su pequeña hermana, no había tiempo para eso, no había tiempo para detenerse.
La tierra se volvió más lodosa, más pesada, sus pasos se sentían como goma estirada y le dolían las piernas de forma agonizante. El sonido de la salpicadura en agua encharcado producida por las botas de los soldados hacía que la bilis se asentara en la boca del estómago, el miedo produciendo emociones tan contrarias que empezaba a pensar que tenía una cuerda tirando en su mente. Por un lado quería detenerse, sucumbir al cansancio y dejar de luchar, y por el otro se aferraba con fervor a la vida y a la huída.
— Hannibal, ya no puedo, por favor...
Las lágrimas amenazaban con colarse en sus ojos, la voz tan inocente y asustada de su pequeño angel hacía que la frustración fuera incluso mayor. Por primera vez en su vida, Hanninal oró, mientras corría y el sudor se acumulaba en su frente, mientras su mano se volvía resbalosa y tropezaba con sus pies, oró a Dios, cualquiera que fuera, y aprendió también la indiferencia cruel de este.
La salinidad de sus lágrimas se colaban por su boca, mientras las voces excitadas hacían eco a través del campo, Hannibal apretó aún más la mano de Mischa, tanto así, que en un instante, dejó de sentirla. Con el aliento agotado, se dio la vuelta para ver dónde estaba su angel, pero solo divisó oscuridad asfixiante.
Hannibal comenzó a caer, quizás en algún pozo, quizás en algun lodal, pero la presión en sus pulmones por la falta de oxígeno lo estaba matando. Pataleó y nadó, intentado llegar a la superficie, pero un segundo despues se encontró con su cuerpo acostado en una superficie terrosa. Se levantó de manera abrupta, aterrorizado por los sonidos metálicos de algo chocando, tardó un momento en notar que eran balas y rejas de prisiones cerrándose. El ambiente estaba impregnado con un olor a moho y carne en descomposición, Hannibal se acercó hasta las rejas y cuando las tocó, todo su escenario cambió.
Sentía su boca masticar, su lengua degustar un sabor que le hacía salivar del asco, pero no podía parar, su cuerpo se movía en contra de su voluntad. Las risas agudas y familiares de los monstruos resonaban a su alrededor, todo era de color blanco y negro, como una cinta antigua de vídeo. Hannibal vió un cuchillo, a lado del plato que se seguía vaciando, y con toda su fuerza lo tomó y apuñaló su mano derecha, evitando que siga tomando aquel asqueroso sustento, porque en el fondo de su mente sabia de quien era la carne.
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A través del tiempo, Te amo Will.
Fanfiction"Puedo amarte con la misma fuerza que te odio, porque si un día fuiste la daga que penetró en mi carne, también podrás ser la herida que matará el alma mia" Después de traicionar y ser traicionado, solo queda la esperanza de la tregua, la esperanza...