(escritos que jamás debí hacerte)
Los autos seguían estacionándose frente a mis ojos, empujando el asiento delantero para poder recostarse, las flores seguían soltando sus pétalos blancos de la manera en la que yo no deseaba que soltaras mi mano. Las puertas seguían girando, pero yo no lograba entrar o salir a algún lugar, tal vez sólo estaba esperando a que tú me guiaras hacia donde quería que me llevaras.
Mis notas volaban por el cielo que ahora se miraba tan enamorado y resplandeciente, tal vez algo de mi magia logró tocar su corazón, la cancha se sentía tan rodeada de fantasmas y tan vacía cuando decías mi nombre. Decidiste caminar hacia mí y tomar mi mano, acomodaste mi cabello y me llevaste a casa, nos despedimos y decidiste volver a aquel lugar, recogiste los pétalos blancos de aquellas flores que nos vieron vivir un recuerdo más y los guardaste bajo tu cama…
Algún día seremos tan memorables que las personas escribirán nuestros nombres en los árboles dentro de un corazón que probablemente esté roto.
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Los poetas malditos nunca mueren III
PoetryEstaré feliz de que conozcas nuevas y delicadas fases de mi vida, de las que aprendí y de las que intento aprender. Será un largo viaje, no mueras hasta que mi historia haya terminado...