Alguna vez juré que dejaría de estar ciega y que miraría a través de ti, pero tú bloqueabas la entrada, llenando mi cabeza de llaves falsas que jamás me permitirían ingresar a tu corazón, no iba a lograrlo, pero seguía buscando un martillo que fuera lo suficientemente fuerte para romper el candado.
Alguna vez juré que dejaría de escuchar el ruido de tu voz y me concentraría en escuchar a las cadenas que me aferraban a ti, tratando de encontrar la llave para poder liberarme. Seguía perdiendo la cabeza, buscando un martillo lo suficientemente fuerte para romper el candado.
Alguna vez juré que dejaría de llorar por cada una de las estupideces que hacías y sería lo suficientemente fuerte para sustituir un martillo que jamás encontré.
Estaba tan perdida en ti que mis escritos ya no podían estar debajo de la cama, cientos de llaves ocupaban todo el espacio.
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Los poetas malditos nunca mueren III
PoesíaEstaré feliz de que conozcas nuevas y delicadas fases de mi vida, de las que aprendí y de las que intento aprender. Será un largo viaje, no mueras hasta que mi historia haya terminado...