"Era demasiado, incluso para un sueño"

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Escribí tantos secretos que sólo tú sabías y ahora todos pueden gritarlos hacia las paredes.

Conservé las rosas y las hojas dobladas que no quisiste o que no pude entregarte, así que ahora las dejo morir lentamente, sin agua y sin corazón. Abrazaba tu sonrisa cada noche antes de dormir y sonreía como estúpida dando vueltas alrededor de mi cama. Soñaba que leías mis cartas cada noche en tu habitación, pensando en lo que hiciste mal y las cosas que pudiste haber evitado, era demasiado, incluso para un sueño.

Ignoraba las horas por un momento, sólo las recordaba cuando debía verte…ahora las recuerdo cada vez que debo medicarme. Perdía el tiempo en escenarios que tú no podías pisar o que estabas dispuesto a incendiar con tal de no salir en escena y yo tenía que acostumbrarme a vivir mi vida sin el personaje principal, al menos que quisiera que otra tragedia apareciera en la historia.

Ahora miro a las estrellas y ya no brillan como antes, tu falta de amor hizo que mi sonrisa se apagara, por lo que las estrellas ya no están felices.

Los poetas malditos nunca mueren IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora