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"Brillo en los ojos"

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Abrí mis ojos ante el sol saliendo por las ventanas y aquí estaba ella, acostada en mi pecho aún con sus ojos cerrados.

Se veía preciosa, podía sentir su respiración cerca de mi cuello, era un paraíso completo estar así con ella, transmitia tanta paz y tranquilidad.

La sábana cubría sólo tu trasero, sus senos chocaban con mi pecho, se sentía rralmente tentador.

Pasé mis dedos por su espalda desnuda acariciándola y minutos después me levanté de la cama poniéndome el pantalón.

La ví un momento más, su cuerpo era magnífico.

Quité la sábana con su sangre y la dejé en el sesto de cosas para lavar, luego de eso me dirigí a la cocina haciendo el desayuno.

Lo sé; es muy cliché darle el desayuno a una chica después de tener relaciones, pero aún así lo iba a hacer.

Al llegar a la habitación con la bandeja ella seguía en la misma poscición.

Mis ganas de quitarle la sábana por completo y darle muchos más orgasmos se hicieron inmensas, pero ella aún estaba cansada.

Me acerqué a ella y dejé la bandeja a un lado.

──T/n... ──Intenté despertarla moviéndola un poco.

Sus ojos se abrieron de a poco y me miro sonrojada.

──El desayuno está listo ──Sonreí de forma suave.

Ella tomó asiento en la cama jadeando por el dolor.

Lo más seguro es que ni siquiera podrá caminar.

Al darse cuenta de que estaba desnuda ante mí se cubrió con la sábana mirándome avergonzada y su sonrojo se hizo más fuerte.

Comenzó a comer mientras yo no despegaba mi mirada de su lindo cuerpo, el cual ya era completamente mío.

──¡Hey! Deja de verme tanto ──Dijo sonrojada y acomodó mejor la sábana.

Reí levemente ante su nerviosismo y mientras ella bebía el jugo yo posé mis manos en sus muslos acariciándolos.

──¿Cómo se sientes hoy, pequeña? ──Acaricié sus muslos con mi dedo pulgar mientras los apretaba un poco.

Ella me miró y suspiró levemente dejando el jugo ya terminado a un lado.

──Me duele todo el cuerpo... Pero mi cadera, piernas y... mi partecita ──Dijo lo último en voz baja, avergonzada──. Son la peor parte.

Reí de forma leve y me levanté, saqué una pastilla de mi cajón y se la dí.

──Tómala, ¿si?

Ella me miró confundida y tomo la pastilla en su mano.

──¿Para qué...?

Suspiré y me senté nuevamente en la cama acariciando su mejilla.

──Anoche no me protegí contigo...

──¿Protegerte...? ¿De qué? ¿Acaso te hice algo malo?

Reí ante su inocencia y negué.

──Tú sólo... Tómala, si no lo haces quedarás embarazada.

Sus ojos se abrieron como platos y tomó la pastilla de forma rápida.

Suspiré sonriendo y me dirigí a bañarme, pero mano en mi brazo me detuvo.

Daddy| My Little SubmissiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora