VIII La Fuerza (Parte 2)

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Will sigue su consejo a regañadientes y busca en las habitaciones. Encuentra ropa de hombre dos tallas más grande, pero no le importa demasiado.

Antes de darse la vuelta escucha como Nigel le apunta con un arma. Instintivamente busca la propia, dándose cuenta de que está en el suelo junto a su otra ropa.

- Deberías empezar a decirme tu verdadera identidad, hermoso. No hay registro de ningún maldito Will Graham con tus características. Si quieres que este acuerdo funcione tienes que ser honesto.

Will no tiene otra alternativa que alzar las manos y gira esperando sus pantalones no caigan.

- Yo no soy tu enemigo, Nigel.

El menor lo observa, sonriendo al ver que Will no se inmuta con aquella amenaza a pesar de estar sin camisa. Es cierto que no es su enemigo, pero está cansado de confiar en las personas y que luego le den la espalda. Baja su arma sin dejar de empuñarla con fuerza.

- No, no lo eres. Aún tengo curiosidad por saber que te hizo salvarme y tú me lo dirás.

Al ver que no está encañonado, comienza a ponerse la camisa que encontró. Duda mucho que a Nigel le guste la respuesta, pero si le dispara tal vez vuelva a su realidad.

- Te confundí con alguien más, tienen un gran parecido...

- Lo dudo, si hubiera otra persona igual que yo ya lo sabría, no soy de los que pasan desapercibidos.
Intenta otra vez.

Will frunce el ceño. Incluso son igual de narcisistas. Con un suspiro se dispone a seguir hablando cuando escuchan bullicio en la entrada.

- Carajo. Nuestra conversación tendrá que esperar, parece que nos encontraron

Recogiendo la pistola del suelo sigue a su acompañante. Observa como los policías rompen la puerta y comienzan a disparar. Por lo visto se han tomado personal la muerte de sus compañeros. Nigel al notar que una bala se dirige hacia Will lo lanza al suelo y comienza a disparar para defenderlo.

- Ahora estamos a mano, hermoso.

El mayor despues de incorporarse le ayuda para que escapen. Tiene sentimientos encontrados al estar disparando contra individuos que solo cumplen con su trabajo, por lo que intenta no darles en zonas vitales. Salen de la casa por una ventana y corren olvidándose del automóvil. 

El sol va inundando las calles de la ciudad, haciendo que sea más difícil el ocultarse. Mientras avanzan el rostro de Nigel se contrae de dolor sosteniendo su brazo.
Will espera que tenga la misma fortaleza que Hannibal y resista la perdida de sangre.

Después de un tenso desayuno, dónde Hannibal midió las desventajas de matar ahí mismo a esos dos intrusos, la Sra. Evans se va para darles privacidad.

Aiden, quién aún sigue sentado en el comedor observa como Hannibal recoge los platos y camina a la cocina para lavarlos.

-¿Cuál es tu nombre?... Aparte de Sr.Hughes

El mayor observa de reojo a su interlocutor, quién se acercó recargando su cuerpo en el marco de la puerta.

- Hannibal Lecter

Esperando una respuesta alterada se sorprende al ver que no le causa ninguna conmoción, más allá de que Sr. Hughes sea un nombre falso. Entonces en su mundo no existe. Espera que por lo menos la persona ahí sea alguien igual de tranquilo que Aiden.

- ¿Por qué mientes sobre tu identidad?

- Tuve algunos problemas con el FBI, por lo que necesito mantener mi identidad oculta

No cambiaría mi elecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora