No cambiaría mi elección

XVIII La Luna (Will)

Comienza a creer que en cualquier momento volverá a ser diagnosticado con encefalitis.

Perdiendo el equilibrio, cae llevándose una avalancha de películas a su paso. Varías golpean su adolorida cabeza y otras rebotan en el suelo haciendo que los discos salgan de sus cajas.
Con un quejido intenta ponerse de pie usando como soporte algunas cajas. Grave error. Estas resbalan dejando más desorden a su paso.

- ¿Quién anda ahí? Ya está cerrado.

Un hombre joven se acerca con cautela. Lleva en las manos una escoba para usarla como arma si es necesario.

- No entiendo lo que dices...

Will responde sin humor. Hace tan solo unos momentos había encontrado una carta de tarot y ahora solo puede observar una habitación con luz roja.

El chico al ver que no es peligroso extiende su mano para ayudarlo a levantarse.
Viste una gorra que le impide a Will ver su rostro, pero aquel tono de voz tan único le da una idea de cuales pueden ser sus facciones.

Al encontrarse de pie intenta enfocar su vista, pero eso solo incrementa su mareo. El menor parece notarlo, puesto que lo ayuda a sentarse sobre una caja resistente.

- Está bien, siéntate un momento...

Se quita la gorra pasando una mano por su cabello. Un habito nervioso. Solo eso basta para que Will confirme sus sospechas. Es como si frente a él se encontrara un Hannibal a mitad de sus veintes, trabajando en una tienda de películas para adultos.
No puede evitar una risa desesperada.

- ¿Como te llamas?

Hace un momento escuchó como el joven le respondió en su idioma (aunque tenía un acento muy marcado) sintiendo alivio al saber que no tendrán problema para comunicarse.

- Soy Lenny ¿Y tú?

•

- ¿Dinamarca? No es posible. Hace tan solo unos minutos me encontraba en un edificio de Bucarest.

Lenny agradece a todas las películas extrajeras que ha visto, ya que le permiten entender las palabras rápidas de su visitante. Aunque, tal vez hubiera sido bueno también practicar su pronunciación.

- Rumanía está... Más de dos días de distancia

Después de recoger todas las películas, Will acompañó a Lenny a la parte trasera de la tienda.
Sentados en una pequeña mesa, el menor le entrega un refresco y el sándwich que había traído para comer pero después lo olvidó. Parece que ese hombre lo necesita con urgencia.

- Gracias...

Hasta el momento Will no se había percatado del hambre que tenía. Tose un par de veces después de darle el primer trago a la bebida.
Hace mucho que no ingería bebidas carbonatadas y todo el gas se ha subido a su nariz.

- ¿Será un viaje en el tiempo? Como en "Regreso al Futuro"

Las palabras de Lenny hacen que Will abandone su remojado alimento para verlo. Normalmente se reiría por la idea, pero todo ha sido tan extraño que no le sorprende esa posibilidad.

- No. En Bucarest estaba dos años adelante y pareciera como si nunca hubiera existido...

El nombre de Aiden se viene a su cabeza, pero decide omitirlo por el momento.

Lenny vuelve a sus cavilaciones, realizando el mismo hábito nervioso de antes. Está versión más joven y desalineada de Hannibal le relaja a comparación de la anterior. Parece lo suficiente normal para permitirse bajar la guardia por un momento.