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Bien, dónde nos quedamos?...

Ah, sí, Juan está volviendo a su santuario por un camino con algunos árboles altos, no habían animales, no muy iluminado, pero no hay... Mobs? Eso es extraño, siempre se encuentra pollos o vacas al menos, pero ahora ni un creeper...

–Que hermosa está la Luna– Era lo que le prestaba atención Juan, pero se sentía raro... Como si lo observarán, caminaba y caminaba pero ese peso se sentía, miraba algo asustado a su alrededor, de forma erratica buscaba lo que le daba ese sentir horrible a su alma, sin resultado.

Se decidio a solo seguir caminando sin prestar atención a eso, en un intento de olvidarlo o que quizás era su cabeza por el mensaje sobre Spreen, era extraño que de un momento al otro pase eso, si, no lo vio mucho luego de que lo echara por la mezcla mal hecha, solo de lejos o en la iglesia, sino en el local de Tanizen 'Empeñame esta' pero no sé dirigían la palabra.

Ahora mismo estaba a poco menos de medio camino, cuando escucho sonidos de algún animal siendo atacado, se escuchaba la carne siendo arrancada y los huesos rompiéndose, ahí el hechicero apuro más el paso pidiendo que lo que sea eso no lo haya notado, pero en un punto paro el paso por qué sintió... Agua, pero no estaba lloviendo, cuando reviso que era se dió cuenta que era rojo.

–Que mierda?...– Miro con terror su mano con el carmín pintado, sintió otra gota más, se paralizó.

– Miro con terror su mano con el carmín pintado, sintió otra gota más, se paralizó

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Se escuchaban leves gruñidos, y algunos rasguños, más goteo...

Se armó de valor para mirar arriba... No sé esperaba...

—Qu- — Se quedó mirando a esa mujer

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—Qu- — Se quedó mirando a esa mujer... De hermosas facciones, largo cabello, manchada en sangre, vestimenta... Conocida? Híbrida de oso negro, hermosos ojos, los cuales el sabía que había visto de un tono violetaceo hermoso, los cuales ahora estaban pintados de carmín, como el de un Rubí o una rosa roja. —S... Spreen?...— apenas hablo, la fémina abrió levemente los ojos en sorpresa, para luego bajar y quedar frente a frente, rápidamente noto las patas de oso que tenía ella, gracias a un zarpazo dado por su contraria

—Spreen! Eres tu?!— Gritó mientras trataba de levantarse, gracias al susto y el repentino ataque había caído sentado al piso, era ... Aterrador, encontrarte en su situación daría miedo, pero a la vez estaba fascinado.

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