•|Spreen?|•

Extra 4 (parte 1)

Bien, todos sabemos sobre como los hibridos tienen una temporada de celo, pero, ¿alguna vez han visto un mago pasar por esa etapa? Pues tristemente a nuestro buen mago le ha pasado.

Durante una tarde de primavera mientras Juan hacia pruebas de sus poderes, un lobo había entrando a su santuario mientras perseguía un conejo que se había escabullido por la reja de la muralla. Este lobo habia perseguido a el conejo por todo el patio antes de que entraran al santuario. Juan estaba haciendo un ritual con algunas plumas, pociones, hasta que, cuando se dio cuenta, su poción se había vuelto una sopa de lobo, aunque bueno, siendo él de tan distraido que es, no se dio cuenta y solo continuó con lo que estaba inicialmente.

-Bien,esta cosa ya debería de estar lista...- Dijo mientras miraba la extraña mezcla que se había creado. -Aunque deberia ser verde, no naranja... Meh, quizas de lo viejo del libro debe de haber cambiado el color.- Habla tratando de convenserse a si mismo de que este no híba a ser un fracaso como algunas otras pociones.

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-Juan?- Dijo el hibrido de oso al verlo justo fuera de su ciudad. -Qué haces acá? Y que te pasa? Te veo raro.- Y si que estaba raro, se lo notaba algo tembloroso la cara un poco roja, incluso estaba un poco jadeante.

-Spreen, ayudame...- Dijo casi en una suplica, si no hubiera sido por los dioses, él no sabría que paso con sus sentidos.

-Ayudarte con qué?- Preguntó confuso, mientras se movia hacia el costado, dandole paso a el mago para entrar. -Che, boludo, tenés un olor a p- - Estaba por decir, pero Juan justo lo interrumpió.

-No lo digas! Y-Yo te explico, pero no me insultes...- Dijo medio enojado, pero que iba a hacer? No podía hacer nada sobre eso.

Una vez entraron a la ciudad y en la polleria (el único lugar donde había privacidad). Spreen se sentó en su silla, y Juan en la que estaba enfrente, aunque bastante incómodo.

-Bueno boludo, que te pasa? Tenés tremendo olor a hormonal.- Le dijo, de una forma más 'suave' dentro de los estándares de Spreen.

Juan se mantuvo callado unos momentos, mirando al rededor con nerviosismo, notando a Pelusa, quien se acercaba para saltar al regazo de su dueño.

-Tienes un gato...?- Preguntó, con ese tono común de su situación. Mientras, Spreen estaba acariciando a la gata, que parecía que le habría costado mucho dinero. Parecía de raza, muy bien cuidada, unos bellos ojos, pelaje suave y limpio, como una nube, quizás.

-Hablá.- Le dijo Spreen, perdiendo la poca paciencia que tiene con Juan.

Juan se puso nervioso antes de hablar. -Eh... Lo que pasa es que... Estaba haciendo una poción... Pero tuve un problema... Y por ese problema acabe... Con los instintos de un animal pendejo....-

Spreen se lo quedó mirando, unos segundos antes de reir un poco. -Si ya sos un animal boludo.- Dijo, echandose a carcajadas.

Juan, molesto se lo quedó mirando. -Oye! Te lo digo enserio! Necesito ayuda con esto, es muy incomodo, y me muero de calooor! Siento que me quiero coger hasta a un árbol!-

Spreen se mantuvo en silencio unos segundos, pensando. -Aver... Yo nunca tengo problemas para pasar mi celo, solo mantenete alejado de cualquier persona animal o cosa, no es tan complicado.- Explicaba tranquilo.

-Pero... C-Como...- Ya no sabia que más preguntar, todas las respuestas ya estaban ahí. -C-Cuanto dura esto?-

-Una semana.- Decía con la mayor tranquilidad el contrario antes de levantarse y caminar hacia la puerta.

Juan lenta y incomodamente se levantó también, caminando hacia él. -Bien... G-Gracias...-

Spreen se mantuvo callado, manteniendo la puerta abierta para que el mago salga, Spreen en ningun momento se sacó su barbijo, si lo hacía quizas esto terminaría mal.

Juan salió, y tomo rumbo a si santuario, nervioso, algo tembloroso incluso.

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Me quedé sin ideas, va a tener parte 2 porque quiero escena de anticristo, pero no se bien como ponerla, aaí que cuando se me ocurra la pongo.

Se despide: Yam.