•|Spreen?|•

14'

Spreen y Vegetta siguen lidiando con Quackity...

— Vamooos, mirala, está bien pinche guapa.— Hablaba el más chaparro, señalando a la fémina.

— Che, te dejas de joder o te rompo la cara, me escuchaste?—

Por su parte, Spreen no parece muy convencida con la idea de alguien desconocido haciendo esa clase de cosas, vamos, ni sus amigos lo hacen!

— ... Oye Vegetta, puedo pedir mi regalo de cumpleaños adelantado?—

— Que no!— Al azabache mayor se lo ve algo irritado, cosa que no es de las más comunes.

Spreen solo se paró ahí con algo de incomodidad y enojo, gruñendo levemente como una advertencia. Pero, su oreja se movió repentinamente por un ruido.

Ivana rápidamente salió a correr de vuelta al bosque, sin fijarse la preocupación por parte de su padre ni tampoco la confusión del contrario.

— Oye, qué pasó?— Preguntaba ingenuo el chico alado.

— Oyó algo.— El padre rápidamente giro sobre su eje y corrió a seguir a su hija, esto no era algo común después de todo. Al ver la preocupación del de morado, el pequeño abrió sus alas y los siguió desde el aire, pero incluso así solo pasaba a triple7, quien ya había sacado su escoba.

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Por otra parte, Juan está buscando a May y a Mariana, preocupado del grito.

Miraba a las copas de los árboles y al suelo, buscando huellas de ellos, encontrando algo de ropa rasgada con sangre, volvió a oír otro grito, rápidamente salió corriendo a allá, encontrando a la bestia sobre Mayichi, y Mariana tirado a un lado posiblemente herido de una pierna.

La inmensurable criatura estaba a punto de comerse a la hibrida, pero Juan reacciono, lanzando un rayo, uno no muy fuerte pues su magia está afectada por el viaje algo inestable. Pero fue lo suficientemente fuerte para llamar la atención de la criatura, quien velozmente buscó al causante, encontrando al de lentes, viéndolo como una amenaza peor.

La bestia dejó de lado a la fémina y se abalanzó hacia el castaño, pero justo antes de poder atacarlo otra criatura apareció, es un poco más pequeña pero igual de fuerte, ahora los distingue, ambos son osos.

El oso azabache atacaba al contrario, quien solo quería devorar al castaño y compañía, pero el otro no le cedía el paso, cubriendo cualquier posible lugar donde escabullirse. Así, a el más grande no le quedó de otra que pelear, comenzando a dar zarpazos a su contrincante, tratando de no dañarlo mucho, solo pequeñas heridas que lo dejen fuera de juego.

Así comenzó una violenta danza de arañazo por aquí, arañazo por acá. Mientras tanto Juan corrió a buscar a sus compañeros, y ayudarlos como pudiera, uno de los osos fue lanzado hacia ellos, la bestia.

— Ivana!— Se oyó desde el cielo, enseguida Juan miró encontrando a un pelinegro en escoba junto a un chico con alas.

La bestia se convirtió en una persona por el cansancio, mientras Spreen se mantenía firme, apunto de sacarle la cabeza, pero al oír su nombre, ambos miraron atentos.

Juan los miró. — Spreen?— Quien ahora ya no era esa amenaza, la miraba expectante, reconociendo a la cría a quien mandaba cartas a menudo.

La chica ahora osa se le acercó levemente antes de alejarse y sentarse en el suelo de una forma algo infantil, con las patas traseras abiertas y las delanteras dentro del hueco.

Su antes enemigo sin pensarlo dos veces se levantó y se acercó abrazándola fuertemente. — Mi niña! No te lastimé, verdad? Estás bien? Qué haces aquí?— Hablaba pero la vista de la osa estaba en otra parte, le gustaba ver a su familia, pero estaba preocupada por sus amigos.