capítulo cinco

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maleza. todo lo que podía ver al lado de la vía era maleza por todos lados. ni siquiera podía ver la banca en donde solía sentarme con él, había pasado demasiado tiempo y no podía recordarlo. todo se veía igual. todo me recordaba a beomgyu.

— su pasaje, señor. — la voz del hombre que ayudaba a recoger el dinero del autobús me sacó de mi cabeza. yo metí la mano en mi bolsillo y me sentí morir cuando noté que tenía un agujero, estaba vacío. abrí mi mochila y mi cartera no estaba, al parecer la había dejado. — ¿señor?

tragué seco y le sonreí, nervioso.

— bueno, es que yo... creo que dejé mi dinero. — él me miró por un momento.

segundos más tarde, estaba varado en medio de la nada, sin absolutamente nada.

» ah... maldita sea. — me quejé haciéndome bolita en el piso, jalándome el cabello con mis manos. ¿qué iba a hacer ahora? estaba a punto de anochecer y no tenía ni un centavo. si me quedaba fuera quién sabe qué podría pasarme.

comencé a caminar mientras buscaba alguna solución y me detuve cuando vi un bar solitario al otro lado de la carretera. una idea cruzó mi cabeza, y yo rápidamente me metí en el local.

el olor a alcohol me golpeó tan fuerte que casi me desmayo ahí mismo. todos estaban tan borrachos, afortunadamente.

apreté los labios y recorrí lentamente el interior del bar, buscando con la mirada a alguien que me pudiera salvar. tan sólo pasaron unos segundos cuando mis ojos se cruzaron con los de unos tipos a la distancia, ellos me sonrieron y yo les sonreí de vuelta. poco después me estaban invitando a que me sentara con ellos.

nunca creí decir esto pero; gracias dios por los viejos pervertidos.

no fue demasiado difícil sacarles las carteras de los bolsillos a unos tres o cuatro de ellos. me excusé diciendo que necesitaba ir al baño y, estando allí, saqué lo más rápido todo el dinero que tenían y lo metí en mi mochila. tenían bastante.

volví a ponerles las carteras en los bolsillos y luego simplemente me marché, ellos estaban tan borrachos que no se darían cuenta sino hasta la mañana siguiente.

de todas formas, salí corriendo lo más rápido que pude de ahí. robar, aunque fuera a unos viejos asquerosos que se me insinuaban sin descaro, no era algo que yo habría hecho estando dentro de mis cabales.

pero a beomgyu en realidad le habría encantado estar aquí conmigo.

𝗹𝗮𝘀𝘁 𝘄𝗶𝗹𝗹. soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora