03 - No eneñes a besar mientras haces tu trabajo.

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YeonJun llegó al lugar indicado en el momento citado y tocó la puerta de ese apartamento. Instantáneamente la puerta fue abierta y se encontró con una mujer de su estatura, de cabello negro, corto y lacio, una complexión delgada y un rostro hermoso.

YeonJun sintió que ni siquiera el maquillaje pudo tapar el sonrojo en su rostro. Creyó que se había equivocado de lugar pero después vino un chico corriendo.

— ¡No viene contigo! — Regañó SooBin a su hermana, quien estaba boca abierta debido a la belleza de la mujer que tenía frente a sus ojos.

— Oh Soobinnie, ¿Ya tienes novia? — Preguntó sorprendida. Jamás creyó que el tonto de su hermano fuese a encontrar pareja. Parecía un tipo raro que no socializaba ni con un mosco.

YeonJun sintió algo extraño nuevamente al escuchar aquella afirmación. Es como si sus sentidos hubieran cambiado al instante.
«Mantén la calma, YeonJun», se dijo a sí mismo.

— Sí, es mi novia, ahora si no te importa, quítate de la entrada para que ella pase.

Su hermana bufó y se quitó de aquel lugar. Yeonjun entró al apartamento. SooBin le tomó la mano y la dirigió a su habitación.

— ¡No hagas cosas indebidas en la casa! — Gritó su hermana y SooBin metió a la chica a su habitación y cerró la puerta.

— No le hagas caso, ella se irá porque tiene una reunión con sus amigas. — Sonrió y YeonJun asintió.

El más bajo observó toda la habitación de SooBin. Tenía un estilo bastante desordenado. Las paredes blancas y la cama tendida de sábanas coloridas le hacían lucir infantil, aunque no del todo. Era una habitación digna de un estudiante.

— ¿Sólo necesito quedarme aquí contigo? — Preguntó algo nervioso de las intenciones no visibles del contrario.

— Sí. No te preocupes, no es nada extraño. — Sonrió cálidamente y tomó asiento en su cama. — Puedes sentarte donde quieras.

YeonJun se sentó en el pequeño sofá que estaba dentro de la habitación.
Esta vez, Yeon había optado por usar jeans femeninos, tenis blancos y un suéter holgado que le permitía ocultar su cuerpo masculino con más facilidad.

— Te cité aquí porque me gustaría cambiar el contrato.

YeonJun alzó sus cejas y se dispuso a escuchar las nuevas condiciones de SooBin.

— Me gustaría que fingieras ser mi novia por al menos un mes. — Comentó y revolcó sus manos ligeramente, mostrando su nerviosismo. — Después del mes le diré a todos que terminamos.

— No tengo problema con eso. — Contestó brevemente. En realidad, obtener esa cantidad de dinero constantemente durante un mes le vendría muy bien. Es como si también él se hubiera sacado la lotería.

Ambos se miraron pero sólo uno de ellos estaba nervioso. YeonJun, no podía controlar su lenguaje corporal, se notaba a kilómetros de distancia la inquietud que sentía.

— Sé que es una situación extraña, pero necesitaba contratarte para que todo el mundo dejara de cuestionar mi sexualidad. — Se burló de sí mismo al escuchar lo que había dicho y YeonJun frunció el ceño.

— ¿Por qué te cuestionarían?

— Porque nunca he tenido novia. — Se encogió de hombros. — Además, contigo ya puedo sentirme al mismo nivel que mis amigos. Incluso eres más bonita que sus novias.

— ¿Así que nunca has estado en una relación? — Aunque a SooBin le costase admitirlo, decidió ser sincero y romper su orgullo.

— No. Ni siquiera he dado mi primer beso. — Bajó su mirada, viendo el piso, no quería mirar a la chica que tenía enfrente de él. Se sentía avergonzado por su inexperiencia.

— ¿De verdad? — Abrió su boca. Estaba sorprendido de escuchar aquello. SooBin parecía ser el tipo de estudiante que había estado con muchas mujeres. El más alto asintió nuevamente y esta vez, miró a al contrario que se encontraba enfrente de él. — Yo podría enseñarte.

Nunca en su vida había besado a otro hombre. Juraba que aunque se vistiera de mujer para trabajar, su orientación seguía siendo heterosexual.

— ¿De verdad me ensañarás? — YeonJun asintió y SooBin sentía que se había ganado la lotería entera. No sólo podía decir que ya había salido con alguien, ahora podía presumir que por fin había besado a una hermosa mujer.

— Si no te incomoda. Yo no tengo problema. — Se encogió de hombros y SooBin asintió.

YeonJun se levantó de su lugar, acomodó su cabello y puso un mechón detrás de su oreja, sonrió cálidamente y se acercó al contrario.

El más bajo se acercó lo suficiente a SooBin, se sentó en su cama, quedando a un lado de él y puso su mano a un costado, apoyándose en esta.
Se acercó lentamente al rostro de SooBin, cerró sus ojos y el más alto hizo lo mismo, hasta que ambos unieron sus labios, encajandolos perfectamente, como si estuvieran hechos unos para los otros.

SooBin abrió ligeramente su boca para dejar que YeonJun hiciera sus movimientos expertos, puso su mano delgada en el cuello de SooBin, logrando que el contrario pudiera acercarse más.

Se separaron y volvieron a unir sus labios. SooBin hacia movimientos inexpertos, en ocasiones, chocaba sus dientes con los labios del contrario, pero aún así, aprendía rápidamente del más experto que ahora ocupaba su espacio personal.

YeonJun iba a continuar pero sintió una molestia entre sus piernas. Se detuvo y puso sus dos manos disimuladamente en la zona. Se inclinó un poco para que el contrario no pudiera ver y sonrió nerviosamente.

— SooBin, ¿Puedo usar tu baño? — El contrario asintió y señaló la puerta dentro de la habitación.

— Entra ahí.

Afortunadamente el baño quedaba justo en la habitación de SooBin.

El menor pasó sus dedos por encima de sus labios, aún fascinado por lo mucho que le había gustado aquel beso. Aún podía sentir el labial del contrario. Y la fragancia que había usado YeonJun se quedó grabada en su nariz. Realmente le había agradado.

Mientras tanto, YeonJun estaba en el baño, intentando que su erección no fuese notoria.
— ¿Por qué justo ahora? — Lloriqueó y susurró aquello para que el contrario no pudiera escucharlo. — ¿De verdad despertaste por un hombre?, ¿Ah? — Miró directamente a su miembro y bufó.

Tú no eres una chica - YeonBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora