Capítulo once

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Recaídas, esas cosas eran una mierda, y tanto Canadá como Alemania lo sabían

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Recaídas, esas cosas eran una mierda, y tanto Canadá como Alemania lo sabían.

Canadá estaba abrazando a Alemania, quien estaba temblando mientras lloraba y no dejaba de disculparse, mientras su pareja le masajeaba la espalda en círculos para intentar calmarlo, pero ¿qué ocurrió?

Durante toda la semana Alemania había tenido mucho trabajo, su presidente le estaba exigiendo mucho en el trabajo y aquello lo requería al cien por ciento. Alemania había tratado de controlar todo, se desveló, se despertó más temprano, llegó antes a juntas, lo normal para él; pero fue mucho estrés y terminó tomando diez píldoras en una dosis.

Canadá lo había visto, al principio se había enfadado y estaba a punto de recriminarle al alemán, pero al ver como este se ponía a llorar y se hacía bolita en el suelo, supo que no estaba bien, por eso ahora lo estaba dejando desahogarse.

—¿Te sientes mejor, amor? —preguntó en voz baja en el oído de su novio.

—Si, eso creo —dijo el alemán mientras sorbia por la nariz y se limpiaba la cara, sus lentes estaban en el suelo a lado de él.

Ambos se separaron, Canadá tomó el rostro de Alemania entre sus manos y terminó de limpiar sus lágrimas, lo acercó a él y lo besó con ternura y calma, tratando de transmitirle paz al alemán.

Alemania respondió el beso, colocó sus manos en la cintura de Canadá y lo acercó más, necesitaba sentirlo cerca para saber que todo estaba bien.

Cuando ambos se separaron, Canadá ayudó a Alemania a ponerse de pie, quien lo hizo luego de tomar sus gafas y colocárselas; tomó las manos del menor y lo guio a la cama, donde ambos se recostaron, terminando Alemania sobre Canadá, quien comenzó a hacerle mimos en el cabello, ambos estaban en silencio, no hacían falta las palabras.

Luego de un rato, Canadá notó que el alemán se había quedado dormido, con mucho cuidado le quito las gafas y las dejó sobre la cabecera de la cama, iba a cerrar los ojos para tomar una siesta, cuando escuchó el tono que tenía para mensajes; sacó su celular del bolsillo de su pantalón y entró al chat que tenía con sus hermanos.

Children of our French mother and English(?) father.

Burger boy: Hey Bros, cuando necesito un favor.

Bitter little bro with good vibes: No vamos a prestarte nuestras casas para una fiesta, de una vez te digo.

Steve: Y tampoco te ayudaré a boxear con un canguro.

Canadá: Y no voy a convencer a Alemania de que es buena idea invadir Ucrania, Bielorrusia, Rusia y a ningún otro eslavo.

Burger boy: ¡No era nada de eso, tarados!, quiero entrar a casa de papá, necesito sacar unas cosas que me quitó hace tiempo y que ya me dijo no me dará por las buenas.

Canadá: Nop, no pienso hacer eso, la última vez que sacamos algo de allí terminamos castigados.

Steve: @Maple tiene razón, y mamá se metió...

Happy Pills || CountryHumans AleCan [YA EN FORMATO FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora