Capítulo trece

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1992

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1992

Alemania suspiró recostándose en su sofá mientras bebía una cerveza, tenía años sin sentir esa tranquilidad que estaba sintiendo en ese momento, finalmente había algo de paz en su vida; la guerra había acabado, su territorio estaba reunificado y ya no tenía a nadie tras de él exigiendo resultados a cada cinco minutos.

Su teléfono sonó, con un gruñido y haciendo una mueca de molestia se estiró para tomar el auricular y parlante, ¿quién era el desgraciado que osaba molestarlo a las nueve treinta de la noche?

—Hola, ¿quién habla? —preguntó a la vez que se acercaba la botella a los labios para dar un trago.

—Hola Alemania, buenas noches, soy ONU; llamo para informarte que el día cuatro de enero tendremos nuestra primera junta de naciones del año, se realizará en Londres y deberás asistir, es a las ocho de la mañana, se puntual —dijo la organización con calma, había estado llamando a todos durante buena parte del día y aun no acababa.

—Buenas noches, ONU; muchas gracias, estaré allí.

La llamada se cortó, Alemania dejó el teléfono en su base y suspiró, sería la primera junta a la que asistiría sin tener que rendirle cuentas a nadie, no iba a negar que era algo intimidante pero emocionante.

Bebió lo que le quedaba de sucerveza y se dispuso a ir a su habitación para descansar un poco, mañanatendría que arreglar sus cosas y comprar un boleto de avión para viajar pasadomañana y tener un día de sobra para la junta.  

La sala de juntas se iba llenando poco a poco, él ya había ubicado su lugar sin problemas, antes solían sentarlo junto a Reino Unido o URSS por la división de su territorio, pero ahora se sentaría entre el pasillo y Polonia, cosa la cual le agrada...

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La sala de juntas se iba llenando poco a poco, él ya había ubicado su lugar sin problemas, antes solían sentarlo junto a Reino Unido o URSS por la división de su territorio, pero ahora se sentaría entre el pasillo y Polonia, cosa la cual le agradaba ya que tenía una salida fácil, además de que Polonia le caía bien.

Estaba sacando su cuaderno para realizar anotaciones cuando escuchó algo rodar y chocar con su silla, miró hacia abajo y vio que era un termo, lo tomó y lo sintió caliente, su contenido aún estaba allí.

—Lo siento, eso es mío —dijo una voz suave a un lado del alemán, este volteó y vio a un bicolor con una hoja.

—Aquí tienes —dijo Alemania a la vez que entregaba el termo, al tomarlo el dueño, las manos de ambos se rosaron, poniéndolos un poco nerviosos.

Happy Pills || CountryHumans AleCan [YA EN FORMATO FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora