Capítulo tres

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1942

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1942

Alemania se encontraba escondido tras la cortina del estudio de su padre, estaba tratando de ser muy silencioso; hacía un par de minutos había escuchado pasos tras la puerta, pero pronto cesaron, aquello no era bueno. Pasaron dos minutos y suspiró, no lo habían encontrado.

—Deberías encontrar otro escondite, mi pequeño niño —oh, si lo había encontrado.

Miró hacia arriba y se encontró con un murciélago mirándolo, con unos grandes ojos azules, demonios. Suspiró, salió de detrás de la cortina y el murciélago lo imitó, a la vez que un humo color azul oscuro lo envolvía, dejando ver pronto a una atractiva mujer de largos cabellos rubios trenzados.

—No es justo, tú siempre haces eso, y es trampa —dijo el infante mientras se cruzaba de brazos y hacía un puchero, odiaba perder de esa manera.

—Oh, vamos; no es mi culpa que haya aprendido a transformarme en un murciélago para escapar de la psicópata de Francia —refutó la mujer a la vez que tomaba al niño en brazos, para salir del estudio.

—Siempre dices que Francia está loca, ¿por qué? —preguntó el niño mientras jugaba con un mechón del cabello de la mujer.

—Porque lo está, es capaz de todo, esa maniaca; un consejo, aléjate de esa loca, si algún día necesitas algo recurre a mí, ¿está bien?

—Si, tía Rum, lo prometo.

El resto de la media tarde la pasaron jugando cartas y cocinando cuando les dio hambre. Alemania disfrutaba de pasar tiempo con Rumania, ella era muy linda con él, además de que últimamente era la única que iba a la casa, su padre y amigos estaban muy ocupados con el trabajo, y el señor URSS no había vuelto desde hacía meses, así como tampoco habían vuelto a ir a su casa, extrañaba cuando iba a casa y llevaba a Rusia con él, podía jugar afuera, cosa la cual no podía con Rumania. No sabía por qué, pero ese día al fin le preguntaría, así que al verla lavar los trastes se acercó.

—Tía Rum, ¿puedo hacerte una pregunta indiscreta? —preguntó el pequeño a la vez que jalaba la falda larga de la mujer.

—Claro nene, dime.

—¿Por qué no podemos salir a jugar?, siempre que me cuidas tú, no podemos.

Rumania se quedó en silencio, jamás pensó que el chico le preguntaría sobre eso. Suspiró, dejó el plato que tenía en las manos en el escurridor, seco sus manos y tomó a Alemania para sentarlo en la barra.

—Bueno... Veras, cuando yo era más joven, tenía un amigo, pero él tenía una pareja, la cual estaba celosa de que yo estuviera con mi amigo; así que me secuestró, me encerró durante años, agravando una alergia que yo tenía por el sol, y ahora si salgo a este me quemo cual vampiro, como en los libros —la mujer movió sus manos e hizo sus dedos en forma de garras, moviéndolos de forma cómica.

Alemania se quedó sorprendido, no sabía que aquello era posible... Ni siquiera sabía que había alergia al sol.

—¿Extrañas el sol? —preguntó bajito.

Happy Pills || CountryHumans AleCan [YA EN FORMATO FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora