5. Su regreso.

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Los dos días que estuve allí fueron un infierno. No me dejaron volver a ver a Daryl. No dije nada al respecto. No me atreví siquiera a mirar esa fotografía, la dejé dónde estaba.

Regresamos a Alexandria y Rick recibió a los Salvadores con más armas que tenían los que se habían marchado antes de que Negan llegase.

Me bajaron del camión y me dejaron enmedio de la calle.

— Así me gusta. Como te dije, soy un hombre de palabra —dijo Negan.

Y se fue. Con las provisiones que le habían preparado y las armas.

Me quedé de pie. Quieta. Intentando pensar qué había sucedido. Recordando lo que había visto en ese lugar.

Carl y Michonne salieron corriendo. Rosita y Tara se acercaron.

Rick me dio un abrazo y yo me quedé quieta.

Carl se acercó a mí y me sujetó los hombros.

— ¿Estás bien? —preguntó.

Asentí y les expliqué todo. Desde lo que había visto, cómo tenían a Daryl y todo lo que había pasado. Ellos me pusieron al día.

Y entonces decidí marchar de allí.

— En Hilltop estarás con Maggie y Sasha —me dijo Rick— Mañana viene Jesús, puedes irte con él.

Asentí.

Y así lo hice. Me marché junto a Jesús, que nos vino a visitar y a traer un poco de comida. Le puse al día durante nuestro viaje.

Me caía muy bien ese hombre. Me sentí cómoda explicándole qué había pasado en el Santuario.

Cuando llegué a Hilltop le di un fuerte abrazo a Maggie y a Sasha. También estaba Enid con ellas.

Fueron unos días tensos pero calmados. Anhelaba a Daryl, anhelaba su regreso. Pero estaba captivo. No podía hacer nada.

Jesús se fue a buscar comida para todos y yo me quedé en Hilltop. Hablé mucho con Maggie, también vi las intenciones de Sasha y su sed de venganza pero no traté de frenarla. La entendía.

Todo eran recuerdos y malestar hasta que, un día, sin esperarlo en absoluto. Entró Daryl por la puerta principal, acompañado de Jesús.

Eché a correr, recorriendo Hilltop desde el edificio a la entrada.

Abracé a Daryl con todas mis fuerzas, sin pensar en si estaba sucio e incluso herido. Segundos después pensé en sus posibles heridas y aflojé la fuerza de mi abrazo.
Él agachó la cabeza y se quedó pegado a mí.
Miré a Jesús, sin soltar a Daryl.

— Gracias —susurré con un nudo en la garganta.

Avisamos a Maggie y Sasha de la vuelta de Daryl. Este no se acercó a ninguna de las dos. De hecho, no pronunció palabra.

Me lo llevé por los pasillos hasta buscarle un a habitación decente.

— Estamos completos —dijo Sasha, que había ido tras nosotros.

— Dormiré en una tienda —susurró Daryl.

— De eso nada. Te quedas con mi habitación.

Saludé a Sasha y llevé a Daryl a mi habitación.

— Voy a buscarte ropa limpia. Te preparo un baño.
¿Tienes alguna herida grave ahora mismo?

Daryl negó en silencio. Se quedó allí de pie y sentí una enorme compasión por ese hombre. Se le veía demacrado. Por lo menos ahora había escapado...

Todo lo que soñé - Daryl x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora